Las compañías Pfizer-BioNTech y Moderna están ampliando el tamaño de sus estudios en niños de 5 a 11 años. Esto, como medida preventiva para detectar efectos secundarios como problemas cardíacos en menores de 30 años vacunados.
Algunas personas familiarizadas con los ensayos de las vacunas afirmaron que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) indicó a las compañías Pfizer-BioNTech y Moderna que el tamaño y alcance que sus estudios pediátricos no eran adecuados para la detección de efectos secundarios fuera de lo común, miocarditis y pericarditis. Sin embargo, los miembros del comité asesor de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han asegurado que el beneficio que tiene la vacunación de las personas mayores de 12 años supera al riesgo de contraer algún efecto secundario.
De acuerdo con una fuente anónima, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) solicitó que ambas compañías incluyan a 3 mil niños entre 5 y 11 años de edad, doblando el número de pacientes que se contemplaban en un inicio.
Ray Jordan, portavoz de Moderna, confirmó que la compañía buscará expandir su prueba “para inscribir una base de datos de seguridad más grande que aumenta la probabilidad de detectar eventos más raros” y espera que la autorización de emergencia llegue para invierno de 2021 o principios del año 2022.
La semana pasada, durante una reunión en Ohio, el presidente estadounidense Joe Biden, declaró que la autorización de emergencia para las vacunas pediátricas llegaría pronto. Cabe mencionar que, la Casa Blanca no ha dado detalles acerca del cronograma y si la ampliación de los estudios tendrá impacto en dicha autorización.
Con información de: “Reforma”.