Panamá papers: ¿Qué pasará con México?

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“Es mejor morir a odiar y temer, es mejor morir dos veces a hacerse odiar y temer; tal oración habría de ser la máxima de toda sociedad organizada políticamente”
Nietzsche

Bien se sabe de diversos casos, a lo largo de la historia de numerosos países, en los que, a raíz de una ardua investigación por parte de periodistas consagrados a su labor de difundir la verdad, se termina por descubrir la traición de diversos servidores públicos mediante el desvío de recursos. Desde el escándalo de Watergate, así como la filtración de documentos clasificados en Wikileaks, hasta sucesos aun en curso, como la malversación de fondos en el que se halla implicado el expresidente brasileño, Lula da Silva, se han apreciado diversos acontecimientos en los que, se ha hecho justicia y los funcionarios involucrados han sido obligados a dimitir. No obstante, se han visto otros escenarios en los que aquellos encargados de administrar la ley no han encarado tales situaciones de la forma debida, y por lo mismo, los responsables han tenido el privilegio de continuar impunemente con sus cargos.

El día de hoy, la interrogante antes planteada se encuentra más latente que nunca, debido a la red global desenmascarada recientemente, llamada Panamá papers. Como bien se sabe, a través de este artilugio un sinnúmero de servidores públicos, estrellas del deporte, actores, empresarios, entre otros, depositaban considerables sumas monetarias con el fin de tener un paraíso fiscal en el que los impuestos no fueran problema. Entre las reacciones ante tales escándalos, hemos visto una polarización considerable, tanto de la sociedad como de los actores de este suceso; de parte de Islandia, podemos apreciar a una sociedad completamente organizada, lo suficiente como para exigir en conjunto la dimisión de su primer ministro, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, lo cual se ha logrado exitosamente. De parte de Argentina, el presidente actual Mauricio Macri, se ha remitido a mencionar que “los negocios que este hacía eran legales”.

Como bien se sabe, a través de este artilugio un sinnúmero de servidores públicos, estrellas del deporte, actores, empresarios, entre otros, depositaban considerables sumas monetarias con el fin de tener un paraíso fiscal en el que los impuestos no fueran problema.

Ahora bien, ¿Cuál ha sido la respuesta de los mexicanos participes en la red de paraísos fiscales? Por parte del presidente de Tv Azteca, Salinas Pliego, este no se ha extendido más para tachar la participación de Carmen Aristegui, llamando “amarillista” la investigación; por otra parte, está por verse la respuesta que dará el empresario implicado en estos sucesos, Juan Armando Hinojosa, actual dueño de la empresa Grupo HIGA.

En cuanto a la respuesta gubernamental, el jefe del SAT, Aristóteles Núñez, comenta que “Tener recursos en el extranjero no es ilegal, lo ilegal es que, teniéndolos ahí, obteniendo una utilidad, rendimiento, intereses, no los declare en México“. Lo anterior puede interpretarse, en el modo más optimista posible, como una especie de promesa en cuanto a investigar los hechos y observar si las conductas encuadran con algún delito.

¿Dónde estábamos nosotros cuando se destapó le asunto de la casa blanca, en la que claramente nuestro señor presidente se encontraba involucrado? ¿Por qué en Islandia los ciudadanos procedieron a tomar las calles para exigir la renuncia de su mandatario y aquí en México no lo realizamos, al menos no la gran mayoría, cuando hizo falta?

Pasando a otro punto, personalmente, al enterarme de esta red masiva cuyo fin último es la evasión de impuestos, si bien despertó en mí una indignación al saber de los implicados y de las hasta ahora, débiles respuestas del gobierno, también se ha generado un asombro al observar la polarización social entre la comunidad mexicana y la comunidad islandesa. Si bien es cierto, se podrá decir que la diferencia en cuanto a la respuesta de ambas sociedades se debe, a que en caso de Islandia estaba implicado el primer ministro ¿Dónde estábamos nosotros cuando se destapó le asunto de la casa blanca, en la que claramente nuestro señor presidente se encontraba involucrado? ¿Por qué en Islandia los ciudadanos procedieron a tomar las calles para exigir la renuncia de su mandatario y aquí en México no lo realizamos, al menos no la gran mayoría, cuando hizo falta?

Desde mi punto de vista, a lo que se debe esta diferencia en cuanto a la respuesta de los ciudadanos islandeses con los mexicanos, es que tal vez en Islandia, parte de la cultura cívica, de los valores que comparte la sociedad, sea que el salir a las calles (de forma pacífica, en todo momento, claro está) cuando sea necesario, no es un acto vandálico o “revoltoso”, como se dice comúnmente en algunas partes de México, sino que es un acto de civismo y de compromiso con la comunidad; tal vez nos haga falta cambiar ese aspecto e incorporar a nuestros valores para así levantar la voz cuando así se necesite, y de una manera totalmente desprovista de violencia, pero nutrida de valor y amor a la patria, hagamos realidad el gobierno que merecemos.

Finalmente, realzando lo anteriormente dicho, habría que preguntarnos lo siguiente: Ahora que se han destapado estos casos donde están relacionadas figuras públicas relevantes, donde está por verse si hay complicidad entre autoridades y los actores mencionados ¿Qué haremos nosotros, como pueblo mexicano, si presenciamos una vez más, una clara complicidad entre servidores públicos con sujetos del sector empresarial, como se vio con el caso de la casa blanca? ¿Exigiremos como sociedad, que se haga justicia y se dejen de lado los nexos e intereses particulares? ¿O acaso pondremos el escándalo de los Panama papers junto a otros sin resolver? La repuesta a esta pregunta no está más que en manos de cada uno de nosotros.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Panamá de papel

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Como bien es sabido, la información que se ha filtrado de la empresa Mossack Fonseca (firma de abogados) ha causado que el mundo se vuelque contra las personas que aparecen y están ligadas con documentos de distintas sociedades offshore donde, según se presume, hay muchas que están relacionadas con el enriquecimiento ilícito y, por qué no, el lavado de dinero, la evasión fiscal y otros tantos más delitos que tienen que ver con el dinero per se.

Según información primaria obtenida, se filtraron alrededor de 11,5 millones de documentos que contienen información de este tipo de sociedades que, básicamente, lo que hacen es que operan de una forma distinta pues no tienen una actividad económica. El principal referente que se tiene sobre un tema como estos podría ser el de WikiLeaks y todo lo que derivó en el caso de Edward Snowden. Pues ahora, si se quisiera comparar un hecho con el otro, de antemano tendríamos que fascinarnos de la cantidad de información que hay: mil 500 veces más que la vez anterior.

La información que se ha filtrado … ha causado que el mundo se vuelque contra las personas que aparecen y están ligadas con documentos de distintas sociedades offshore donde, según se presume, hay muchas que están relacionadas con el enriquecimiento ilícito y, por qué no, el lavado de dinero, la evasión fiscal y otros tantos más delitos que tienen que ver con el dinero per se.

Considero que está de más mencionar que hay muchas personalidades, políticos, empresarios y deportistas que aparecen involucrados en este escándalo, pero lo que sí es importante mencionar es que los Panama Papers ya han cobrado al menos una víctima de renombre: el Primer Ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson ha dimitido de su cargo tras haber aparecido en diversas ocasiones en documentos que le vinculan con la contratación de deudas por más de 3.6 millones de euros de los bancos que quebraron durante la crisis económica mundial de 2008-2009. En nuestro país, uno de los casos más sonados es del de Grupo Higa, quien también aparece en estos documentos y que es muy conocido por los acontecimientos de la Casa Blanca del Presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera.

No obstante, existe una reflexión interesante cuando se hace un poco más de investigación sobre el tema. Dentro de los hallazgos a compartir, por ejemplo, es preciso decir que este tipo de sociedades no son necesariamente actos ilegales ni tampoco representan necesariamente una vulneración a la ley del país en cuestión. ¿Por qué? Retomo el ejemplo del columnista Sergio Sarmiento: las razones de existir de este tipo de sociedades son las mismas por las cuales algunos de los habitantes de la Ciudad de México registran sus vehículos en el estado de Morelos. Este ejemplo funciona perfectamente si contextualizamos y decimos que, de igual manera como sucede en Coahuila, los automóviles están exentos de la tenencia y, por ello, a sus propietarios que viven en la CDMX les resulta más económico hacer el registro en el estado vecino.

Considero que está de más mencionar que hay muchas personalidades, políticos, empresarios y deportistas que aparecen involucrados en este escándalo, pero lo que sí es importante mencionar es que los Panama Papers ya han cobrado al menos una víctima de renombre: el Primer Ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson

La idea es la siguiente: si existe una manera de economizar en algún costo y evadir algún pago adicional de alguna forma legal, ¿Por qué no hacerlo? Muy probablemente la respuesta a esta pregunta no sea necesariamente el tema del dinero, sino lo que tiene que ver con la cuestión moral y ética de esconderse de las autoridades fiscales de los países de origen y residencia de los implicados porque, ahora que se tiene conocimiento de esta información, es cuando salen todas esas declaraciones que oscilan entre los temas mencionados al inicio de este texto (evasión fiscal, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, etc.).

Es importante precisar y conocer realmente qué es lo que más nos duele: que haya tanto dinero en las manos de unos pocos y tanta carencia en la de muchos otros, o acaso será que adolecemos de indignación y queremos curarnos en salud al criticar al que más tiene.

Lo que hay que ver: millonarios y políticos ‘picudos’. ¿En serio nos sorprende?

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”