Imagina que necesitas una operación de corazón y, en lugar de que te atienda un cirujano con años de experiencia, el hospital decide que el médico será elegido por votación popular. ¿Cómo elegirías? ¿Por su conocimiento, su experiencia o porque su propaganda fue la más llamativa? En tan solo un mes algo similar va a suceder con la justicia en México.
Este 2025 la se aproxima a un proceso desde una lógica muy diferente a lo que hasta ahora se ha conocido. El 1 de junio viviremos un proceso electoral pero ahora de lado de la justicia, donde los jueces, magistrados y ministros serán elegidos por el voto popular. El objetivo es acercar la justicia a los ciudadanos, pero se plantean preguntas si realmente este modelo fortalecerá la independencia judicial o abrirá la puerta a la popularidad sobre lo academico o técnico.
Para fines informativos, ¿Qué es lo que se elige? están en juego 881 cargos a nivel nacional, que se dividen de la siguiente manera: 9 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), 2 magistrados de las Salas Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), 15 magistrados de las salas regionales del TEPJF, 5 integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistrados de Circuito y 386 jueces de Distrito.
Tremendo reto para el Instituto Nacional Electoral (INE) quien será el encargado de la organización de la elección, para la que se imprimirán 602.387.442 boletas y se instalarán 83.997 casillas a nivel nacional.
Y el reto no solo es para ellos, si no tambien para los mismos candidatos quienes se enfrentarán a un escenario de gran dificultad, que es mas compleja de lo que parece. En México menos del 3% confía en el poder judicial y solo el 1% de los delitos cometidos llegan a una sentencia, el 85% de los ciudadanos considera ineficaz iniciar una denuncia y alrededor del 90% opina que la “justicia es solo para la gente de dinero”.
Así que la oferta que la ciudadanía podría considerar para votar, padece de fallas estructurales profundas, sin desprestigiar los esfuerzos, el trabajo y los méritos personales y profesionales, no hay muchas herramientas para integrar un discurso qué garantice certidumbre, confianza, cumplimiento y compromiso por parte de los aspirantes. Que chambon a la que se van a enfrentar los equipos de campaña y sus consultores.
México al momento es el unico país de la OCDE donde los jueces y magistrados serán elegidos por voto popular, sin un sistema de filtros previos. Si bien, existen otros países como Estados Unidos, Bolivia y Suiza donde algunos jueces son elegidos en las urnas, sin embargo, hay diferencias clave:
Estados Unidos solo elige por voto popular a jueces estatales y locales, pero los jueces federales son designados por el Presidente y confirmados por el Senado. Además, los candidatos suelen pasar por comités de selección que evalúan su idoneidad.
Suiza solo elige a jueces en algunos cantones, pero existen mecanismos de control para garantizar su capacidad.
Bolivia implementó elecciones para jueces en 2011 y 2017, pero el resultado ha sido una crisis de legitimidad. En 2017, casi el 65% de los votos fueron nulos, pues la ciudadanía no confiaba en los candidatos, quienes eran promovidos por el partido en el poder
Japón tiene un modelo diferente: los jueces de la Suprema Corte son nombrados por el gobierno y luego sometidos a un referéndum ciudadano para su ratificación cada 10 años, asegurando que tengan credenciales antes de ser evaluados en las urnas.
México explorara por primera vez un sistema diferente, en el cual la pregunta ahora no es solo cómo votaremos, sino qué justicia queremos construir. Elegir a jueces en las urnas suena democrático, pero ¿y si la justicia termina siendo un concurso de popularidad?.
Como sociedad, estamos a punto de decidir si el conocimiento y la experiencia deben ceder ante los reflectores y las campañas políticas. La justicia no es un espectáculo ni un concurso de carisma; es la base de un país funcional. ¿Nos estamos asegurando de que los mejores jueces lleguen a los tribunales o estamos apostando a la suerte?
El 1 de junio, México tiene una cita con la historia, y esta en nuestras manos que sea para fortalecer la justicia, no para debilitarla.