La Taquería

Trump ganó, ¿ahora qué sigue?

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Ganó. Aquel excéntrico, misógino, egomaníaco, xenófobo e impredecible hombre de negocios que al inicio concebíamos como la más imposible opción para ocupar la candidatura republicana a la presidencia, es hoy el ejecutivo de los Estados Unidos.

Subestimado por sus contrincantes precandidatos del partido político con el símbolo del elefante, favorecido por los sentimientos racistas que sobreviven en nuestros días e igualmente tomando ventaja del descontento de diversos jóvenes que veían a Bernie Sanders como su candidato ideal, Trump explotó (consciente o inconscientemente) estos factores.

Con esta victoria, no solo se ve cercano un retroceso en lo referente a la lucha social por la igualdad de las minorías étnicas que integran EUA, sino también un posible desmantelamiento de la seguridad social lograda por el presidente anterior.

Ahora bien, pasando a uno de los temas más preocupantes, cabe preguntarse ¿qué será de México, ahora que el hombre que prácticamente nos culpaba de todos los males y que juraba construir un muro pagado por la nación mexicana, es ahora “el hombre más poderoso”?

 




Pues bien, considero que dadas las circunstancias, nuestra zona de confort se ha terminado, y por lo mismo, tenemos dos opciones: o nos emancipamos (de una vez por todas) de los Estados Unidos y comenzamos a ver nuevos horizontes junto a otros países (como nuestra gente de Latinoamérica), o bien, doblamos rodilla y dejamos que el cuasi fascista que ya habita en la Casa Blanca, imponga sus lineamientos respecto a la inmigración y al TLCAN , y nos deje en un mayor desahucio del que hoy se encuentra gran parte del país.

No hay duda del paso que significa optar por la primera opción, la cual desde mi punto de vista, representa un coraje similar al que tuvieron las personas que lucharon la revolución; representa esa actitud temeraria que todos los mexicanos guardamos en nuestro interior, que si bien, la hemos olvidado en algunas ocasiones, esta siempre prevalecerá para hacernos plantar cara a las situaciones más adversas.

 




Sé que, por otra parte, los negocios y el comercio son parte fundamental para el desarrollo económico del país, sin embargo ¿quién dijo que EUA es la única nación con la cual se puede comerciar? Hay que abrir los ojos: hay muchísimos más países con los cuales se pueden entablar relaciones comerciales, solo es cuestión de tener la iniciativa suficiente, tanto del gobierno como de la sociedad, para comenzar con dicho cambio. Ya no nos puede ser posible continuar en la posición que estuvimos durante tantos años, pues de continuar en ella y con el ahora electo presidente, terminaríamos por perder la soberanía de manera total.

Finalmente, pienso que donde impere la iniciativa, el coraje, el razonamiento y el amor hacia la nación, no debería de haber una probabilidad grande de caer, a diferencia de quedarnos en el posicionamiento, que nos da por sentada, la caída del país.

Por lo tanto, no veamos este escenario como una derrota, sino como la más grande oportunidad que hemos tenido: la de emanciparnos, y reclamar de una vez por todas nuestra herencia como pueblo latinoamericano que somos, junto a nuestros demás países vecinos que integran una de las regiones con mayor riqueza del mundo.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”