“La forma de administrar, regular y distribuir los recursos económicos de un país es decisiva para su buen funcionamiento, y refleja de cierta manera la visión del mundo de sus habitantes y la eficiencia de su gobierno”.
– José Trinidad Lanz
Para nosotros, los mexicanos, no es noticia que en el país se ha tenido y se tiene aún un mal manejo de recursos. Estudios del CONEVAL reflejan incrementos en los niveles de pobreza, cuando a la par, se han destinado cada vez más recursos para erradicarla. Aunque la palabra que mejor refleja dicha realidad es “lamentable”, para muchos es más bien “intrigante”. Intriga el hecho de que, aunque se han buscado mecanismos para monitorear y evaluar a las administraciones en cuanto a cómo y a qué se destinan recursos, se siguen teniendo resultados deficientes. Un ejemplo de este intento es la creación de la Secretaría de la Contraloría o programas anticorrupción en los diferentes órdenes de gobierno.
Intriga el hecho de que, aunque se han buscado mecanismos para monitorear y evaluar a las administraciones en cuanto a cómo y a qué se destinan recursos, se siguen teniendo resultados deficientes.
Las principales funciones de la Contraloría se clasifican en: control y evaluación, ambos con base en resultados. Su tarea es verificar el buen uso de los recursos públicos disponibles y los resultados de los programas y acciones de gobierno.
En general, el concepto de auditoría es entendido como la revisión de funciones y procesos. En el ámbito gubernamental, la auditoría pública se enfoca en el examen objetivo de procesos financieros y administrativos, para constatar que los recursos públicos que les fueron suministrados (al Gobierno del Estado, como a los gobiernos municipales) se administran con eficiencia, honestidad y apego a la normativa, para que realmente beneficien a la ciudadanía.
Si hasta este punto pareciese que la auditoría gubernamental, a cargo de la Secretaría de la Contraloría es buena idea, ¿por qué sigue habiendo fugas del gasto público y mal manejo presupuestario en los tres órdenes de gobierno?
¿Por qué sigue habiendo fugas del gasto público y mal manejo presupuestario en los tres órdenes de gobierno?
La respuesta es simple. En esencia, la auditoría es parte integral de cualquier proceso de administración pública, sin embargo, la forma en la que es llevada a cabo en la mayoría de los casos, es justamente donde se presentan los vicios. En teoría está bien, pero en la práctica no, pues, viéndolo desde un enfoque realista, no necesariamente pesimista, desde el momento en que estas auditorías las realizan órganos que dependen del mismo gobierno, no se tiene un sistema de auditoría real. Es aquí donde tienen su orígen frases como “Poner en órden los papeles”, que se refiere precisamente a no invertir en una auditoría profesional, y llenar el expediente con facturas falsas y empapelar. En este caso, ironicamente se cumple con la ley, pero no se refejan buenos resultados.
Desde el momento en que estas auditorías las realizan órganos que dependen del mismo gobierno, no se tiene un sistema de auditoría real.
Una vez que se sabe esto, ¿no debemos estar buscando alguna otra solución?
Una buena medida es la profesionalización del proceso de auditoría en los 3 órdenes de gobierno. Los ciudadanos podemos exigir a nuestro gobierno que se lleven a cabo auditorías por medio de instituciones externas.
Una buena medida es la profesionalización del proceso de auditoría en los 3 órdenes de gobierno. Los ciudadanos podemos exigir a nuestro gobierno que se lleven a cabo auditorías por medio de instituciones externas, las cuales, respaldadas en su profesionalismo, sean capaces de presentar información fidedigna sobre las funciones y los resultados en un determinado periodo gubernamental. Lamentablemente con la falta de conocimiento que tiene gran parte de la ciudadanía en relación a este tema, es necesario que, en primera instancia, se brinde información que incentive a la población a exigir un proceso de auditoría transparente.
Al final la gran ventaja es la reducción de corrupción que se traduce en beneficios directos en la comunidad, como la utilización de recursos para más programas de desarrollo social, pavimentación, educación y vivienda.
Cabe mencionar que en el país sí se han llevado a cabo auditorías gubernamentales realizadas por organizaciones externas, y los gobiernos que las solicitan las consideran un apoyo que les permite hacer mejor su trabajo.
Véase de este modo, si los procesos de monitoreo y evaluación administrativa son indispensables para el buen funcionamiento de cualquier empresa, con mayor razón se debiera buscar que este mismo proceso se lleve a cabo de una manera profesional para las administraciones públicas, y la mejor manera de hacerlo es por medio de auditorías externas.
Por lo tanto, tal y como lo comentó Pérez Saavedra, la necesidad de que existan mecanismos para la auditoría gubernamental está ligada directamente a la eficiencia con la que trabajen los demás mecanismos de control. Es decir, si la operación de estos sistemas de control fuese perfecta, no habría necesidad alguna de una auditoría gubernamental.
Ya que las auditorías hechas por organismos ligados al gobierno no son del todo transparentes u honestas, seguirá siendo necesario que dicha revisión se ponga en manos de organizaciones expertas.
En conclusión, ya que las auditorías hechas por organismos ligados al gobierno no son del todo transparentes u honestas, seguirá siendo necesario que dicha revisión se ponga en manos de organizaciones expertas, para las cuales es mas difícil sacrificar su estatus y profesionalismo por actos de corrupción.
Véase esto como un mero ejercicio de rendición de cuentas, al cual no sólo tenemos derecho los mexicanos, sino que además tenemos obligación de exigir.
En los gobiernos, la lucha de hoy, es contra la corrupción.
______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”