OGP desde la mirada de un Hacker Cívico: Sobre la cumbre mundial de la Alianza para el Gobierno Abierto, y otras cosas más.

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Un hacker cívico, según la definición que usamos en Codeando México es “cualquiera dispuesto a colaborar con otros para crear, construir e inventar soluciones públicas, código abierto y tecnología para resolver retos relevantes de nuestras comunidades, ciudades, estados y país”. Un hacker “hackea”, valga la redundancia, la manera en la que se hacen las cosas, buscando el bienestar, en este caso en nuestro quehacer cívico.

La Cumbre Mundial coincide con el término de los planes de acción, tanto funcionarios públicos como miembros de organizaciones de la sociedad civil se reúnen con sus compromisos supuestamente cumplidos, para discutir: ¿cómo vamos?, ¿qué sigue?, ¿qué mejoramos?

La semana pasada se llevó a cabo en la Ciudad de México la Cumbre Mundial de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP en inglés), a la cual pertenecen más de 60 países miembros; los cuales deben trabajar junto con organizaciones de la sociedad civil de su país en un plan de acción con un plazo de dos años donde incluyan sus compromisos prioritarios en gobierno abierto. Estos deben trabajarse desde las dos partes; su avance se evalúa periódicamente a través de distintos mecanismos. La Cumbre Mundial coincide con el término de los planes de acción, tanto funcionarios públicos como miembros de organizaciones de la sociedad civil se reúnen con sus compromisos supuestamente cumplidos, para discutir: ¿cómo vamos?, ¿qué sigue?, ¿qué mejoramos?

Sin duda el mejor panel al que asistí durante la cumbre fue uno titulado “Estado Abierto”, con miembros de sociedad civil de distintos rincones de Latinoamérica. Haydee Perez, directora de Fundar, mencionó cuáles eran para ella los tres elefantes que rodean a la plataforma. Hoy, después de haber asistido a la cumbre, coincido enormemente, y a continuación desarrollo las tres ideas desde la óptica de un hacker cívico, desde alguien que quiere cambiar la forma en la que se hacen las cosas:

1. Fantasma de simulación: Este es uno de los riesgos más grandes de la Alianza: que simulemos hacer cosas, y la plataforma termine estando vacía. Hegel hace ya cientos de años habló de la importancia del reconocimiento social como un factor del progreso. Sin adentrarme en teorías filosóficas y sólo utilizándolo como una referencia, creo que le hubiese encantado estar en la cumbre. Los dos días (el primero fue sólo para sociedad civil) se trataron de demostrar lo genial de los proyectos en cada uno de los países, un showcase de experiencias. Como hackers creemos que la dinámica debería re-pensarse:

a. Compartir capacidades y habilidades, no sólo experiencias llanas.
b. Medir el impacto de los proyectos, no sólo describirlos.
c. Pensar en la construcción de diálogos que nos permitan profundizar en los temas detrás de los proyectos.

La cumbre duró tres días; el primero fue sólo de sociedad civil. A mí particularmente no me gustó esta dinámica, no entendí por qué si criticamos al gobierno por cerrarnos las puertas nosotros hacemos lo mismo.

2. Legitimación sin resultados. ¿Por qué criticamos la alianza y seguimos participando? Como comenté anteriormente, la cumbre duró tres días; el primero fue sólo de sociedad civil. A mí particularmente no me gustó esta dinámica, no entendí por qué si criticamos al gobierno por cerrarnos las puertas nosotros hacemos lo mismo. Una compañera de Codeando, me comentó que esto es lo que sucede con las minorías, necesitan un “espacio seguro” para hablar, la balanza no es igual. Entiendo que así suceda con las minorías, en el caso de género por ejemplo, pero si decidimos conscientemente entrar en una alianza de colaboración y co-construcción, esto no puede suceder: debemos vernos como iguales. Esto se relaciona totalmente con la legitimación: si no estamos a favor de la reglas de juego, entonces no hay que pertenecer. Sobre esto, como hackers, sugerimos repensar los siguientes puntos:

a. Sociedad Civil debe participar en el manejo del tablero de control. (Esto no sucede. Gobierno pone los compromisos en verde sin consultar a las organizaciones)
b. Igualdad total de recursos para ambas partes. Gobierno no puede organizar una inauguración de la cumbre cerrada en el Palacio de Bellas Artes sin consultarlo con sociedad civil. (Imaginémonos cuánto cuesta esto)
c. Construcción de los compromisos. Se crearon los 26 compromisos, y las organizaciones de sociedad civil no están satisfechas con los resultados. Gobierno insiste con: “hay que entender el alcance del compromiso”; la conclusión es: “hay que repensar cómo se hacen los compromisos”. ¿Pero cómo? El gobierno tiene una estructura enorme con expertos temáticos y técnicos en diversas áreas. Está en desigualdad con las organizaciones de la sociedad civil que no conocen de igual manera las competencias y atribuciones dentro de la administración pública. La lógica desde la que se crean los compromisos debe ser diferente, desde una verdadera óptica de co-creación, no las organizaciones imponiendo un compromiso que termina cumpliendose según el entendimiento de la otra parte.

Si Sociedad Civil no se encarga de que se cumplan las reglas estructurales de la alianza, no debería pertenecer a ella. No podemos trabajar desde una balanza desigual.

3. ¿Cómo ampliamos nuestra plataforma? El miedo de ser “siempre los mismos”, y trabajar como en la mayoría de las cosas, a nivel ejecutivo federal. Es cierto, pasa y debe cambiar. En este sentido, y como hackers, insistimos en la necesidad de traspolar la plataforma a nivel local, esto no sólo hará que más organizaciones de la sociedad civil puedan participar sino que además se tratarán temas que impactan de forma más directa en la vida de los ciudadanos. Así mismo, en las estructuras municipales la prueba y error es menos dolorosa y más fácil de contener. Lo que es importante, de cualquier forma, es aprender de la experiencia y no empezar, como muchas veces sucede, desde cero.

Hackiemos estructuras, procesos, formas de comunicarnos y crear, posiblemente será la única manera de llegar a un cambio real, en Gobierno Abierto, o en lo que sea.

Si seguimos haciendo las cosas de la misma forma que siempre, será complicado llegar a resultados distintos. Hackiemos estructuras, procesos, formas de comunicarnos y crear, posiblemente será la única manera de llegar a un cambio real, en Gobierno Abierto, o en lo que sea.

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Líder Techie meet your civic side kick!

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La tecnología ha sido una herramienta que ha tenido un gran impacto dentro de la sociedad mexicana, y la forma en que éstas se organizan para generar un impacto. Es así como surgen iniciativas con el objetivo de promover e incentivar la colaboración mediante diversas disciplinas con el fin de que se conviertan en proyectos que tengan un impacto en su entorno, y al mismo tiempo ayuden a la resolución de problemas en su comunidad.

En estas reuniones, buscamos que ciudadanos con perfiles muy disparejos se conozcan entre sí con el fin de colaborar en proyectos que fomenten la transformación social a través del uso de la tecnología.

Es así como se desarrollan y desenvuelven las #HackNights. Las Civic Hack Nights son reuniones mensuales de las comunidades de Codeando México. En estas reuniones, buscamos que ciudadanos con perfiles muy disparejos se conozcan entre sí con el fin de colaborar en proyectos que fomenten la transformación social a través del uso de la tecnología. Todo esto con el fin de construir mejores gobiernos y mejores comunidades.

Muchas veces, al escuchar el término “hack” la comunidad piensa que se busca que estos proyectos sólo se desarrollen con especialistas en tecnología, sin embargo, el término es mucho más íntegro, e inclusive invita a diversos perfiles a formar parte del mismo.

Muchas veces, al escuchar el término “hack” la comunidad piensa que se busca que estos proyectos sólo se desarrollen con especialistas en tecnología, sin embargo, el término es mucho más íntegro, e inclusive invita a diversos perfiles a formar parte del mismo. “Hackear es utilizar el conocimiento que tenemos sobre un sistema de cualquier tipo para desarrollar funcionalidades para las que no había sido diseñado originalmente, o hacerle funcionar de acuerdo con nuevos objetivos”[1]. Es así como nos motivamos y buscamos motivar a la ciudadanía bajo la premise de que el hacker es quién se mueve a través de la curiosidad, la creatividad y el conocimiento, pues sabe que estas herramientas son sumamente necesarias para poder transformar su ciudad a otras nuevas realidades.

El hacker es quién se mueve a través de la curiosidad, la creatividad y el conocimiento.

El equipo de la brigada de Codeando México en Monterrey, está conscientes del impacto que estas actividades tienen en temas de participación y activación ciudadana; es por ello que las llevamos a cabo cada último miércoles de cada mes.

La dinámica es la siguiente:

1. Las personas y/o equipos interesados en transformar su entorno se juntan en las #CivicHackNight.
2. Una vez en el evento, se exponen proyectos e iniciativas en las que se ha estado trabajando, y tienen un impacto social.
3. Posteriormente, nosotros nos encargamos de conectar a ese líder cívico o líder tecnológico que tiene la idea o proyecto con su contraparte.

Esto se hace con el fin de crear una sinergia de ambas disciplinas, con el fin de que se puedan desarrollar proyectos que tengan gran impacto social, y al mismo tiempo puedan contar con las diferentes visiones y alcances. Después del evento, el equipo se dedica a darle seguimiento a los equipos formados para potencializar sus proyectos, y así puedan aprovechar de todos los recursos existentes para que éstos se puedan llevar a cabo, y logren consolidarse. Nuestro objetivo es que sean los proyectos de las #CivicHackNights los que estén teniendo un impacto en nuestra ciudadanía, y simultáneamente, sean un ejemplo de las grandes cosas que podemos lograr a través de la participación ciudadana.

El evento gira en torno a ser una plataforma en la que diseñadores, líderes sociales, desarrolladores de tecnología, activistas, científicos de datos, pensadores, abogados, organizaciones no gubernamentales, en fin, toda aquella persona que vea la oportunidad de solucionar un problema de su entorno a través del uso de la tecnología, pueda exponer sus ideas, y conectarse con aquellas personas que quisieran sumarse a su esfuerzo para poder llevarlo a cabo.

Actualmente reactivamos las #CivicHackNights siendo el 30 de Septiembre del 2015 la fecha en la que se expusieron alrededor de 4 proyectos, los cuales algunos se encuentran en la etapa de planeación, y otros ya en su etapa de desarrollo.

En la plataforma también buscamos darle seguimiento a los proyectos surgidos de las #CivicHackNights pasadas, por lo que también es un espacio en el que ponemos manos en marcha, y trabajamos en aquellas iniciativas.

El pasado Miércoles 28 de Octubre del 2015, se llevó a cabo nuestra segunda edición a las 7 pm en @The Pool Nuevo Sur. Las #CivicHackNights se lleva a cabo el último miércoles de cada mes.

En nuestros eventos pasados se sembraron varios proyectos, así que hacemos una invitación a la comunidad para por medio de estos espacios ampliar los equipos, pitchear nuevos proyectos o transformar los existentes

¡Hacemos juntos nuestra ciudad!
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[1] El arte de hackear la ciudad | Ártica – Centro Cultural Online. http://www.articaonline.com/2011/11/el-arte-de-hackear-la-ciudad/
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¿Qué se puede hacer con Tecnología Cívica?

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En este espacio, la semana anterior, hablamos de qué es la tecnología cívica. Para recapitular, tecnología cívica es toda aquella tecnología impulsada por la comunidad, y que intersecciona con los intereses públicos, ya sea a través del gobierno, de las comunidades, o de la sociedad civil organizada y no organizada. Pero, ¿qué se puede hacer con ella? Creo que la mejor forma de explicarla está en los ejemplos.

La #app115, como se le bautizó, abrió una conversación sobre cómo se utiliza la tecnología en las instituciones públicas en México, que hasta hoy continúa en la forma del movimiento de Hacking Cívico.

Durante el siglo pasado, con el advenimiento de la computación, las instituciones de todo tipo fueron incluyendo en sus procesos el uso de la tecnología computacional, pero no necesariamente han sido implementadas de la mejor manera. En 2013, el Congreso mexicano anunció que iba a pagar 115 millones de pesos por una aplicación que les serviría para monitorear sus actividades. Hacer una app de esa naturaleza, según se determinó en ese momento, no costaba más de 500 mil pesos. La #app115, como se le bautizó, abrió una conversación sobre cómo se utiliza la tecnología en las instituciones públicas en México, que hasta hoy continúa en la forma del movimiento de Hacking Cívico. Empezando por qué tecnologías usamos, si abiertas o de licencia, hasta el proceso por el cuál las elegimos.

Hackear los procesos

Ese momento vio nacer a Codeando México, y al programa Retos Públicos. Con el propósito de proponer una alternativa a la #app115, un grupo de jóvenes lanzaron un reto abierto donde se propusiera crear la misma app con un presupuesto 100,000 veces menor y mejor tecnología. En 10 días se presentaron 5 aplicaciones, las cuales utilizaban tecnologías abiertas y fueron llevadas al Congreso de San Lázaro . Al final, sí se licitó la app de 115 millones de pesos, pero a partir de ese evento nació el programa Retos Públicos, que cambia el proceso tradicional de licitación para tecnología gubernamental a uno más abierto, privilegia a los equipos de trabajo chicos en vez de las empresas grandes, y las tecnologías abiertas versus las tecnologías de licencia. Esto significa que produce productos mucho menos costosos y tecnológicamente más transparentes, y dado que permitió la participación de jugadores más chicos en un proceso en el que normalmente competían poquísimos actores, generó un caldo de cultivo para la innovación.

Retos Públicos es un gran ejemplo de tecnología cívica, porque en el fondo pone su peso en el cambio de mentalidad y la eficiencia de procesos, más que en el uso de una tecnología en particular, y especialmente porque nos muestra cómo un grupo de ciudadanos puede tener incidencia tangible y duradera en lo público.

Retos Públicos es un gran ejemplo de tecnología cívica, porque en el fondo pone su peso en el cambio de mentalidad y la eficiencia de procesos, más que en el uso de una tecnología en particular, y especialmente porque nos muestra cómo un grupo de ciudadanos puede tener incidencia tangible y duradera en lo público.

Hacer donde no hay

En Monterrey, ciudad desértica que además es una plancha de concreto gigante, hay un gran problema de arbolado urbano. El problema es que no hay. Lo que tampoco había, era un inventario de árboles en la ciudad. No se pueden construir políticas públicas si no se tienen datos; con esto en mente, un grupo de jóvenes decidió tomar el asunto entre sus manos y crear un repositorio donde todos participaran en inventariar los árboles de la ciudad. Así nació BUM: Bosque Urbano México, una plataforma hecha por ciudadanos que ahora cuenta con un inventario de 140,000 árboles en dicha ciudad. Su inventario se hizo tan robusto, que fueron invitados por la plataforma ¿Cómo vamos, Nuevo León? para colaborar con los alcaldes del Área Metropolitana de Monterrey midiendo el desempeño de sus administraciones en el plantado de árboles. Esto significa que personas en municipios alejados de la AMM fueron indirectamente beneficiados por el trabajo de BUM. Personas que tal vez estaban del otro lado de la brecha digital, vieron de algún modo mejorada su calidad de vida por estos esfuerzos cívicos. La tecnología cívica, pues, no se limita al desarrollo de aplicaciones para beneficiar sólo a quienes tienen smartphones, sino también es una forma de eficientizar las instituciones públicas de modo que beneficien a todos.

Comunidades cívicas

El Hacking Cívico es antes que nada un movimiento. Toda aplicación que cabe dentro de esa categoría, comenzó con una o más personas que se vieron hartas de una situación y quisieron tomar las riendas de la solución.

El Hacking Cívico es antes que nada un movimiento. Toda aplicación que cabe dentro de esa categoría, comenzó con una o más personas que se vieron hartas de una situación y quisieron tomar las riendas de la solución. Desde esfuerzos hechos por una sola persona, como Representantes Patito, aplicación que te arroja a tus diputados y senadores según tu lugar de residencia, o Ruta Directa, aplicación que mapea las rutas de camiones en Monterrey. Hasta esfuerzos abiertos y multidisciplinarios como Explica La Ley o DataMX. Basta con tener una idea y poner el empeño en llevarla a cabo hasta sus últimas consecuencias.

En los mitins activistas a los que asistí, después de una marcha, solían decir en el altavoz: “hagan comunidad, háblense unos a otros”. Por mucho tiempo creí que era una consigna vacía. ¿Sobre qué voy a hablar con quién? Pero en retrospectiva la mayoría de los esfuerzos comenzaron de esta forma. Ya sea que hables con las personas a tu alrededor sobre realizar algo, o te unas a las muchas comunidades de Hacking Cívico que hay en el país, vas a encontrar que siempre hay un lugar para todo el que quiera proponer o ayudar. No hace falta ser desarrollador (aunque para caer en la categoría de tecnología cívica, necesita haber desarrollo), siempre se necesitan expertos en un tema, diseñadores, personas que administren las tareas, que aporten en las tareas. Y si eres desarrollador, siempre habrá oportunidades de mejorar tus habilidades de código y aprender cosas nuevas en proyectos que van a sumar al bien general. Aunque en mi experiencia, llegamos por los proyectos, nos quedamos por la comunidad.

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El ‘hacking cívico’ como forma de participación ciudadana

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Hace un par de días, se escribió en esta redacción acerca de qué es “gobierno abierto” y “tecnología cívica”. Me pareció una buena forma de acercar a los lectores a este tema. En ánimos de continuar con estos esfuerzos, me gustaría hablar ahora sobre el cómo y el por qué hacer hacking cívico.

Empecemos por lo primero: ¿qué es el hacking cívico? El hacking cívico se refiere al uso de habilidades en tecnología para resolver problemas y retos que afectan a una comunidad en particular (por ejemplo: una ciudad). Cabe aclarar que la palabra ‘hacking’ no tiene nada que ver con las imágenes representadas en los medios sobre criminales vulnerando sistemas; al contrario, en este contexto, el hacker cívico es un ciudadano ordinario que busca encontrar soluciones creativas a problemas complejos.

Ante la falta de estos mecanismos para involucrarnos en las decisiones que se toman en gobierno, el hacker cívico no espera a que el gobierno los proponga ni se queda con los brazos cruzados, sino que se organiza con otros hackers cívicos para que las construyan ellos mismos.

La participación ciudadana se refiere a las formas en las que los ciudadanos interactúan con sus gobiernos para generar cambios en la sociedad. Idealmente, todos los ciudadanos podríamos influir en el proceso de toma de decisiones públicas. En la práctica, los mecanismos para hacerlo suelen ser complejos y a veces hasta prohibitivos en cuestiones de tiempo. Ante la falta de estos mecanismos para involucrarnos en las decisiones que se toman en gobierno, el hacker cívico no espera a que el gobierno los proponga ni se queda con los brazos cruzados, sino que se organiza con otros hackers cívicos para que las construyan ellos mismos.

Este es quizá uno de los valores centrales del hacking cívico: el llamado a tomar acción. Y considero que es una de las razones más importantes por las cuales debemos hacer hacking cívico, ya que el tomar acción nos permite retomar nuestro rol como ciudadanos.

¿Cómo puede un ciudadano empezar a hacer hacking cívico?

Ahora, ¿cómo puede un ciudadano empezar a hacer hacking cívico? Aquí les muestro unas sugerencias:

1. Asiste a una reunión de hacking cívico en tu ciudad. Existen algunos grupos de hacking cívico en el país. En Codeando México tenemos comunidades en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Si vives en un lugar en donde no haya una comunidad local de hacking cívico, es fácil empezar una en tu ciudad, universidad, empresa, etc. Las reuniones de hacking cívico aparte de ser divertidas, conocerás a personas interesadas en mejorar su ciudad.

2. Busca personas con quien colaborar. Generalmente habrán equipos trabajando en proyectos que les dará mucho gusto que te sumes a ellos. También puedes empezar tu propio equipo e invitar a gente a que se sume. Si eres desarrollador de software, busca a alguien que se especialice en el dominio del problema que quieres resolver, ¡te sorprenderás lo que puede aprender de esa persona! Si no sabes desarrollar código, busca dentro o fuera de la comunidad a uno a quien le guste tu idea.

3. Construye una solución, por más pequeña que sea. Las pequeñas victorias siempre son mejores que los proyectos ambiciosos pero inconclusos. Por ello, es recomendable empezar por proyectos pequeños y poco a poco crear proyectos más grandes. Algunos tipos de soluciones que puedes desarrollar son: visualizaciones de datos, procesos de apertura de datos, mini-sitios informativos… hasta apps móviles y plataformas completas. El límite son tus ganas de generar cambios y tu capacidad de trabajar en equipo.

4. Comparte tu solución. Si las plataformas por excelencia de los clicktivistas son Facebook y Twitter, la del hacker cívico son GitHub y/o BitBucket, que son plataformas para desarrollar código de manera colaborativa y compartirlo (entre otras cosas).

Desde luego, existen más formas en las que puedes empezar a hacer hacking cívico, pero me parece que siguiendo estos cuatro pasos son un gran comienzo.

Hacer hacking cívico significa poner en manos propias los cambios que queremos ver en la sociedad, al menos aquellos que la tecnología puede generar.

Como conclusión, me gustaría rescatar que hacer hacking cívico significa poner en manos propias los cambios que queremos ver en la sociedad, al menos aquellos que la tecnología puede generar. Los invito a todos ser parte de este movimiento, ya sea con Codeando México o en otros esfuerzos.

Si tienes más dudas o comentarios, mi Twitter es @miguelsalazarg.

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