Los Gobernantes de México a lo largo de la historia han demostrado su incapacidad para prepararse ante escenarios adversos, tal es el caso del desabasto de combustible sufrido en diciembre de 2018.
A inicios del mandato de López Obrador, se vivió un escenario caótico, toda la República Mexicana quedo sin suministro de gasolina, lo que dejo a millones de personas sin poder trasladarse a sus destinos, lo cual detuvo drásticamente la economía del país.
Hoy en día se conoce que esto fue producto de la toma de malas decisiones por el gobierno actual y de la falta de prevención a escenarios similares de los gobiernos anteriores.
Malas decisiones.
En pleno diciembre, mes que históricamente ocupa la mayor demanda de gasolina, el gobierno federal decidió llevar a cabo un plan para combatir el robo de combustible (el huachicoleo).
Impulsado por un sentimiento de justicia nacional, el gobierno federal cerró los ductos que transportan gasolina y en su lugar se comenzó con una distribución por medio de pipas. Lamentablemente el plan no preveía las múltiples terminales de abastecimiento vacías, que ese año había sido de los periodos con mas baja producción en refinerías nacionales y que justamente ese diciembre, se había importado un menor volumen de gasolina del requerido en diciembres previos.
Como lo podrán recordar esta decisión desencadeno en una crisis de desabasto, a la que PEMEX no pudo responder, demostrando una vez más la ineficiencia de esta empresa petrolera.
Factores no Previstos.
Esta mala decisión se sumo a la poca preparación de los gobiernos anteriores, ya que el almacenamiento de combustible se trataba de un tema de menor importancia.
Fue hasta inicios de 2018 que México comenzó a tomar algunas medidas para fortalecer la seguridad energética, en busca de ello se incorporó a la Agencia Internacional de Energía (AIE) y asumió los compromisos que esta requiere, entre los que destaca contar con una reserva de 90 días de combustible para responder a cualquier tipo de emergencia, ante esto el país se encontró con una realidad vergonzosa, pues el almacenamiento con el que se contaba era de únicamente 3 días.
El gobierno de Peña Nieto temblorosamente asumió el compromiso, pero hasta el final de su gobierno no se vio ningún avance significativo.
Fantasmas del Pasado.
El escenario de crisis de diciembre de 2018 parece que no dejo enseñanzas al gobierno de Andrés Manuel, pues una vez más una sequía de combustible es posible.
Hace unos días el Consejo Coordinador Empresarial y expertos en el tema, salieron a advertir que otro desabasto de combustible puede presentarse en los próximos meses, esto a causa de las decisiones políticas que el gobierno federal comenzó a implementar recientemente, como lo es la clausura de terminales privadas de almacenamiento y la obstaculización de importación de gasolinas, si a esto le sumamos que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha paralizado el otorgamiento de permisos de almacenamiento o cancelado los que se habían celebrado previos a la administración actual, tenemos nuevamente los elementos idóneos para otra crisis de abastecimiento.
Podemos decir que se tratará de una combinación de factores “no previstos” y “malas decisiones”.