En Barcelona, hacia las 16:50 local, una furgoneta blanca desciende a toda velocidad el paseo central de las Ramblas, en el centro turístico de Barcelona, arrollando a decenas de peatones y dejando 13 muertos y un centenar de heridos.
El conductor de la camioneta huyó a pie y seguía “suelto” esta mañana, confirmó el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont.
Las víctimas son de al menos 24 nacionalidades diferentes. Una mujer belga y dos italianos figuran entre los muertos y 26 franceses resultaron heridos, once de ellos de gravedad.
Varias horas más tarde, después de medianoche, un Audi A3 irrumpe en el paseo marítimo de la localidad costera de Cambrils, a 120 km al sur de Barcelona, hiriendo a seis civiles, uno de ellos gravemente, y a un policía.
Esta mañana murió una mujer en Cambrils debido a las heridas, elevando a 14 el total de víctimas fatales, en ambos ataques.
El Audi choca contra un coche de la policía catalana, los Mossos d’Esquadra. En ese momento estalla un tiroteo durante el cual la policía abate a los cinco ocupantes del Audi, “presuntos terroristas” que llevaban cinturones explosivos falsos.
El ISIS reivindicó el jueves por la noche el atentado de Barcelona. Una “respuesta” a su petición de “atacar a los Estados de la coalición” internacional antiyihadista que opera en Siria y en Irak según la organización.
El ataque de Cambrils no fue reivindicado el viernes por la mañana, pero la policía establece una conexión con el atentado de Barcelona.
Se trata del primer atentado reivindicado por el ISIS en España. Sin embargo, el país ya había sido atacado en marzo de 2004 en lo que es el peor atentado islamista ocurrido en Europa. Una decena de bombas explotaron en los trenes de cercanías de Madrid dejando 191 muertos, un ataque reivindicado en nombre de Al Qaeda por una célula islamista radical.
La policía sigue buscando a un hombre huido. Podría tratarse del conductor de la furgoneta. Un testigo describió a “un hombre muy joven, de una veintena de años, de cara delgada”.