Dimes y Diretes: “Multas recaudatorias”

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Vamos a dejar algo en claro desde un inició, en Monterrey y su Área Metropolitana tenemos la peor cultura vial de todo el país, sí, en verdad no miento, la peor. Somos la ciudad con más colisiones viales en todo el país.

Para los seguros Monterrey representa todo un negocio. Lamentablemente también somos una de las metrópolis con más víctimas fatales en colisiones viales. Pero bueno, no es el punto, mi punto hoy es el nuevo y tenebroso reglamento vial que estipula multas por cosas, que son tonterías.

Vámonos a hacer una reseña por cada punto que a sobre salido de las multas que yo considero recaudatorias:

1. Circular Lento: ¿Mande? ¿Cuál es parámetro que tendrán para decir que circulas lento? ¿A qué se refieren que circulan lento? Según un alcalde dijo que porqué la gente se molesta cuando alguien va circulando lento, ¡¿qué?!

2. Mofle Ruidoso o defectuoso: Pues al parecer se acabaron los racers. Igual, ¿cuál es el parámetro para esto? ¿Qué consideran ruidoso? Hay carros que desde fabrica tienen mofles ruidosos.

3. Sin Parabrisas: Hay automóviles que son legales en la calle que no tienen parabrisas, ¿igual harán una sanción? ¿ya no podrán circular? ¿De qué hablan?

4. Efectuar Ruidos Molestos o Insultantes con escape o claxón: No entiendo, entonces si alguien se me mete a la gacha en la calle, ¿ya no le puedo recordar el 10 de mayo? ¿A que se refieren con ruidos molestos? Es decir, que si al tránsito que igual es un paranoico y todo le molesta, cree que estás cometiendo una infracción, luego, luego te detendrá.

5. Carga Mal Oliente: Este es una de las infracciones más ridículas de las que he sabido en mi vida. ¿Acaso infraccionaran a todos los camiones de basura… a diario?

6. Prestar Servicio Público con Placas Particulares: ¿Dónde queda Uber y Cabify en este caso? ¿Para cuando la regulación? Ilógico.

Ahora como si no fuera ridículo todo lo que están agregado y homologando los municipios que son parte del AMA (Asociación Metropolitana de Alcaldes), que ya es más como una asociación recaudatoria de alcaldes, los precios en las multas se fueron a la alza.

Así es estimado lector, los alcaldes se reunieron y analizaron quien tenía las multas más altas y fueron las que aplicaron, en lugar de hacer un promedio en general.

También la mayoría de las infracciones que enumere más arriba dependen 100% del criterio del oficial de tránsito, entonces ya saben si el oficial anda con muchos dientes, es muy probable que vayan a ser infraccionados en más de una ocasión. ¡Chale!

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– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”

Camino hacia la Regulación de Uber

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En los últimos meses la regularización de las plataformas en línea de transporte privado tales como Uber, Cabify y City Drive; que son las mas importantes de la ciudad, ha tenido un papel cada vez más importante en Nuevo León debido al creciente mercado. En la mayoría del territorio de Estados Unidos estas plataformas ya están regularizadas, al igual que en países como Australia, Reino Unido, India, China y Filipinas.

A esto surgen dos preguntas principales: ¿Por qué estas no se han logrado regularizar en nuestro Estado? ¿Qué se debe de tomar en cuenta para regularizar estas plataformas? No se han regularizado por diversos intereses que se ven envueltos en esta coyuntura, principalmente los de dos actores. Por un lado tenemos a ciertos diputados locales del PRI, que como bien conocemos tienen el apoyo de sindicatos como la CTM y la CROC, lo cual significa, que si aprueban la regularización, tendrían repercusiones en su estructura. Aunque no es apoyada por los diputados representantes de estos sindicatos, es posible que sea apoyada por otros diputados priistas; ese será trabajo de convencimiento del diputado panista Marcelo Martínez, quien es el principal impulsor de la iniciativa en el congreso.

Se comenta que cada vez se esta más cerca de la regulación que los nuevoleoneses piden a las autoridades. Se cree que en este período ordinario debería de ser aprobada…

Por otro lado, tenemos al señor Gobernador Jaime Rodríguez Calderón, que si bien en su momento se pronunció a favor de la regularización es difícil que la apoye. Pues en estos momentos no pude darse el lujo del costo político que implica dar el visto bueno a la regularización ya que su popularidad a decaído increíblemente desde que tomo protesta como Gobernador, y ponerse en contra de los sindicatos empeoraría aún más su situación. En resumidas cuentas, a nuestro señor Gobernador no le quita el sueño la regularización de dichas plataformas, ya que lo único que busca en este caso es no pagar el costo político que implica la regularización.

Por esa razón tal vez usará su “superpoder” de vetar la ley como lo ha hecho en pasadas leyes aprobadas por el congreso; esto no frenara la regulación y podrá ser aprobada en una segunda vuelta por el Congreso Estatal si se obtienen dos terceras partes de aprobación durante la votación.

Por otro lado, tenemos al señor Gobernador Jaime Rodríguez Calderón, que si bien en su momento se pronunció a favor de la regularización es difícil que la apoye. Pues en estos momentos no pude darse el lujo del costo político que implica dar el visto bueno a la regularización…

Respondiendo a la pregunta sobre qué se debe de tomar en cuenta para regularizar las plataformas: No darle más poder a la CROC, la CTM y a sus líderes Isaías González Cuevas e Ismael Flores Cantú. Con esto me refiero a que la regularización no debe de incluir la adquisición de placas por parte de los choferes de las plataformas en línea. Pues como sabemos, la Agencia Estatal de Transporte tiene una excelente relación con estos dos sindicatos y usualmente concuerdan en la mayoría de los asuntos. En lugar de incluir placas, la propuesta es que se haga un examen de manejo por parte de las plataformas y que se les entregue un permiso para que puedan circular, además de tener un padrón de los choferes.

Otra cuestión que debe ser tomada en cuenta es cuidar los años en que los vehículos podrán circular y el costo de estos. En mi opinión se debe de poner un límite de tiempo de 6 años o menos en los que pueden brindar servicio; es decir que un auto del 2009 ya no pueda transitar como chofer privado de las plataformas, de esta manera cuidamos el servicio que es el que las caracteriza; y también protegiendo el medioambiente.

Por último, pero no menos importante: la seguridad es esencial, así que las plataformas deben de comprometerse a que si llegase a suceder alguna situación en la que un usuario sea agredido o se cometa un delito, deberán entregar absolutamente toda la información que tengan del chofer a las autoridades para que estas puedan investigar el supuesto delito.

Se comenta que cada vez se esta más cerca de la regulación que los nuevoleoneses piden a las autoridades. Se cree que en este período ordinario debería de ser aprobada; esperemos sea lo antes posible para ponerle un alto a las agresiones que han existido entre las plataformas y los taxis convencionales, y así, los ciudadanos puedan utilizar estos servicios sin problemas, ya que son ellos los principales afectados.

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La guerra entre Uber y taxistas

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El otro día me platicaba un conductor de Uber el miedo que le provocaban los ataques a sus colegas en el Aeropuerto Internacional de Monterrey, enfatizando que los recientes decrementos en las tarifas de la aplicación encolerizarían aún más a los taxistas. Y es que Uber ahora es igual o más barato que un taxi ruletero y de base.

Lo que le reclaman a Uber con esos desplantes violentos es la ecuanimidad en el pago de licencias, permisos y concesiones.

Muchos de los taxistas llevan casi toda la vida dependiendo de su taxi y han encauzado sus recursos al pago de éste y al pago de permisos, licencias y demás gastos burocráticos. Lo que le reclaman a Uber con esos desplantes violentos es la ecuanimidad en el pago de licencias, permisos y concesiones. Aderezado con el temor a perder parte del mercado.

Uber y demás aplicaciones son un servicio privado que han creado su propio mercado, en donde los únicos involucrados deben ser el conductor y el pasajero a través de la plataforma digital.

Uber no es un taxi porque no puedes parar con señas a uno en medio de la calle, ni un servicio público al cual le puedan justificar el pago de una licencia, permiso o concesión para que pueda operar. Uber y demás aplicaciones son un servicio privado que han creado su propio mercado, en donde los únicos involucrados deben ser el conductor y el pasajero a través de la plataforma digital. Y que hasta ahora, en muchas ciudades del mundo, ha funcionado muy bien.

Estas aplicaciones ya pagan impuestos y emiten facturas electrónicas a su clientela, y el sistema de calificaciones de conductores cumple con creces el propósito de mantener el servicio a cierto nivel de calidad.

Estas aplicaciones ya pagan impuestos y emiten facturas electrónicas a su clientela, y el sistema de calificaciones de conductores cumple con creces el propósito de mantener el servicio a cierto nivel de calidad (por ejemplo: en Uber se les califica con una a cinco estrellas, y si un conductor no cumple con cierta calificación mínima, se le da una orientación o se le da de baja de la aplicación).

Cualquier persona con acceso a un Smartphone y una cuenta bancaria puede hacer uso de estas aplicaciones y contratar a un conductor privado para poder ser trasladado a donde se desee por un precio módico y similar al que cobraría un taxi. Contando con la ventaja tecnológica de poder utilizar un mapa GPS, conocer el nombre del chofer, la marca y el modelo del coche antes de emprender el viaje y tener la seguridad de que se cobrará la tarifa acordada.

Otra genialidad de Uber (u otras plataformas similares) radica en su sistema de oferta (conductores) y demanda (pasajeros) y sus tarifas dinámicas. Que a través éstas nos brindan información sobre el exceso de demanda por traslados o la escasez de choferes. Las tarifas aumentan cuando hay muchas personas solicitando un traslado, lo que incentiva a los choferes que en ese momento no se encuentren en operación, a salir por pasajes y aprovechar las tarifas altas, equilibrando al final la demanda y la oferta de traslados y volviendo las tarifas originales. Lo que hace difícil que uno se quede sin pasaje.

Son tristes las agresiones por parte de taxistas y del gobierno estatal hacia los que hacen uso de estas aplicaciones. Éstas no hacen más que beneficiarnos como consumidores. El gobierno no necesita intervenir para controlar precios o la calidad de estas aplicaciones. Finalmente la misma competencia entre las diferentes aplicaciones que existen en el mercado mantendrá los precios bajos y la calidad intacta.

La “legalidad” de Uber y demás aplicaciones en el estado es uno de los principales temas a discutir en el congreso y en las próximas semanas se definirá el futuro de éstas. Esperemos que no se sobreponga el corporativismo y se pueda llegar a un acuerdo en donde podamos utilizarlas libremente.

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Uber a Taxi, Moët a Tonayán

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Siempre tenemos que ver los dos lados de la moneda, las implicaciones de una y otra postura. A diferencia de otros temas polémicos, en la disputa unilateral de taxistas contra el servicio de chofer “privado”, sólo he visto una opinión social y ésta defiende a Uber. La sociedad en general, incluyéndome, encontramos en Uber un servicio efectivo, pulcro, ético y que entiende las necesidades y exigencias de sus clientes. La novedosa idea de Travis Kalanick y Garret Camp fue un game changer en la industria del transporte y el traslado de personas que la gente “ama”. Quizá exista algún novedoso que defienda al taxi, pero en general, la sociedad se pronuncia a favor del servicio privado por las mil y un razones que ya todos conocemos, y que por supuesto han ocasionado que más de dos taxistas reaccionen de manera poco cordial.

Tal vez no se ha entendido que son productos similares pero consumidos por clientes distintos.

Tal vez no se ha entendido que son productos similares pero consumidos por clientes distintos. El usuario de la aplicación móvil no es el mismo que el de un taxi. En términos generales, y con el debido respeto, el que usa a menudo un taxi no puede acceder a un Uber, y en contraparte, el que usa este servicio privado no va a utilizar un taxi común y corriente cotidianamente. Uno no le quita clientes al otro.

Los transportistas tienen que pagar una cuota al aeropuerto para poder brindar el servicio a los viajeros; y la pregunta es válida: ¿por qué el taxi del aeropuerto paga dicha cuota y Uber da el mismo servicio sin tener que hacerlo?

No obstante, es justo ponerse en los zapatos del gremio taxista. Para obtener las placas de estos autos se tiene que pagar un derecho para poder ejercer el servicio de transporte, tener taxímetro, pintar el vehículo, estar afiliado a un padrón y cumplir con ciertos requisitos marcados por la ley. En caso contrario, Uber no tiene que erogar cantidad alguna por concepto de impuesto o afiliación para brindar este servicio a la gente. De la misma forma, los ingresos que este último recibe no son fiscalizados de la misma manera que los de un taxi común y, en algunos casos, el Uber ni siquiera paga lo que por ley corresponde de ISR o IVA toda vez que es una actividad comercial que genera impuestos. Las agresiones e inconformidades de los taxistas del aeropuerto contra los choferes de Uber son legítimas (lo cual no justifica su comportamiento animal) dado que los transportistas tienen que pagar una cuota al aeropuerto para poder brindar el servicio a los viajeros; y la pregunta es válida: ¿por qué el taxi del aeropuerto paga dicha cuota y Uber da el mismo servicio sin tener que hacerlo? Nuevamente, todos estamos a favor de este último, pero tenemos que considerar dichos asegunes.

Aunque para efectos legales y comerciales no debería regularse al taxi y al servicio privado como productos idénticos, sí se deben establecer reglas que permitan se desarrollen estos dos gremios de la misma manera.

En este sentido, no es totalmente justo que el mismo servicio de traslado de personas (con sus diferencias y similitudes) en unos casos pagué licencias y derechos y en otros no. Desde un punto de vista económico, es una competencia en desigualdad de circunstancias que sería conveniente regular de una forma equiparable y justa para todas las partes. Aunque para efectos legales y comerciales no debería regularse al taxi y al servicio privado como productos idénticos, sí se deben establecer reglas que permitan se desarrollen estos dos gremios de la misma manera.

La lucha de los taxistas contra Uber es ilógica. De la misma forma como Moët no se vende en la tiendita de la esquina ni Tonayán en el antro de moda, Uber no le quita clientes a los taxistas.

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Dimes y Diretes: “Sindicalismo vs. Uber”

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Los dos ataques de la semana pasada a conductores de Uber en el Aeropuerto Internacional de Monterrey nos deben de preocupar. Antes que nada por la inacción de las autoridades en el recinto y, por otro lado, por el poder que aún tienen los sindicatos en México.

No estoy en contra de la regulación de Uber, al contrario creo yo que es importante que se regule. También creo que es esencial que se empareje el piso entre los taxistas y los conductores de Uber.

No estoy en contra de la regulación de Uber, al contrario creo yo que es importante que se regule. También creo que es esencial que se empareje el piso entre los taxistas y los conductores de Uber, de hecho el director de la Agencia Estatal del Transporte, Jorge Longoria Treviño ha mencionado que es uno de los objetivos durante su gestión.

¿Esta gente de TOTSA qué piensa? ¿Qué agrediendo e intimidando a los operadores de la competencia van a lograr tener más trabajo? ¡NO, SEÑOR!

Lo que ya no tiene “marinola” es que ciertos taxistas del aeropuerto hayan agredido verbalmente y causaran daños a los automóviles de dos conductores de Uber la semana pasada. En verdad, ¿esta gente de TOTSA qué piensa? ¿Qué agrediendo e intimidando a los operadores de la competencia van a lograr tener más trabajo? ¡NO, SEÑOR! Al contrario, yo y muchas personas ya no queremos volver a usar un taxi al aeropuerto con aquella compañía, que por cierto está afilada a la CROC. YO NO QUIERO SUBIRME AL CARRO DE UN VÁNDALO.

Muy arregladitos deben de estar los POLICIAS FEDERALES con los vándalos de TOTSA para que no les hagan absolutamente nada.

Lo que más me preocupa es la inacción de las autoridades federales que presumen siempre mantener el orden. Apoco que si usted, estimado lector, o yo vamos y causamos daños al automóvil de un tercero, ¿qué no nos van a meter a la cárcel? CLARO QUE SÍ. Pero pues muy arregladitos deben de estar los POLICIAS FEDERALES con los vándalos de TOTSA para que no les hagan absolutamente nada.

En la Ciudad de México cuando comenzaron las agresiones contra Uber, los capitalinos encontraron una solución y fue #MeVoyAdelante. Motivo a todos mis lectores a que hagamos este hashtag viral con el fin de proteger la identidad de los conductores de Uber y así no sean agredidos. Mientras tanto, los diputados junto con la AET debe de ponerle solución en cuanto antes a esta situación.

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Uber y el sistema sindicalizado de taxistas

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Durante las últimas semanas, he estado conversando con amistades sobre su percepción de Uber y el servicio que ofrece. Asimismo consulté personas relacionadas con bases de taxis sobre la misma cuestión.

Hay algunos mitos y generalizaciones clasistas que debemos analizar para definir la situación actual y distinguir beneficiados y afectados.

La percepción en casi todos lados es la misma: el servicio que ofrece Uber es de calidad, a buen precio y acotado por 2 elementos del mercado que son las condiciones económicas y tecnológicas actuales. El detalle es que hay algunos mitos y generalizaciones clasistas que debemos analizar para definir la situación actual y distinguir beneficiados y afectados.

Se dice que los taxistas manipulan las tarifas… Uber tampoco tiene una regulación oficial en sus precios.

El primer punto a analizar es el número de involucrados que son el taxista, la base de taxis, el sindicato, Uber, los dueños y el gobierno. Como podemos ver no son lo mismo cada uno de ellos y por tanto merecen un análisis distinto. En esos mitos se acusa al taxista de la falta de innovación en cuanto al vehículo sin considerar que en la mayoría de los casos, el taxi no es de él. Del mismo modo, los taxistas son peones al servicio de los sindicatos sin voz ni voto. Se dice que los taxistas manipulan las tarifas… Uber tampoco tiene una regulación oficial en sus precios. Se comenta del mal servicio en los taxis, poco hay de incentivo en un carro que ni es propio. Se habla de la seguridad… Si considero que depende la zona y el taxi en particular.

En pocas palabras, los taxistas no tienen incentivos en mejorar su servicio. Para qué si están controlados por sindicatos y presionados por cuotas de gobierno; se mantienen como peones en un esquema anárquico en su manejo pero con sumisiones de facto.

Uber cubre un mercado que posee smartphones, acceso a internet y tarjetas, el cual no es la mayoría, que en el caso de los taxis están presentes para todos los mercados y zonas de la ciudad.

Uber vino a revolucionar una industria monopolizada y amparada por el gobierno que ha protegido y negociado con los sindicatos oscuros sin importarle el usuario final. Curiosamente, el mismo caso de los camiones urbanos. Aparte, Uber cubre un mercado que posee smartphones, acceso a internet y tarjetas, el cual no es la mayoría, que en el caso de los taxis están presentes para todos los mercados y zonas de la ciudad.

Sin embargo, esa modernidad que trae Uber consigo compite de manera desleal porque aunque si pagan impuestos, no pagan las concesiones, las tenencias por los sitios, las cuotas de cajones en espacios públicos como hospitales y estaciones del metro, el pago de placas especiales, las renovaciones de los permisos, la revisión del taxímetro y las verificaciones vehiculares.
Los sindicatos en este tema se han vuelto una mafia que lucra con el taxista y con el gobierno. Operan al puro estilo de los cárteles, sin transparencia, negociando votos y actuando hasta como fuerza política. Obviamente, esta innovación les afecta así como los taxis piratas que fueron la primera “rebeldía” en el sistema hace años y que aún siguen principalmente en Guadalupe.

El gobierno deberá regular a Uber, sin embargo, tiene que saber entender al mercado, ya surgieron los taxis pirata, Uber, Cabify y diversas compañías. El monopolio de los sindicatos tiene que desaparecer. La industria de transporte público tiene que transformarse en beneficio del usuario y del prestador del servicio. El siglo 21 llegó para quedarse y con ello la innovación.

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https://revistafal.com/uber-y-las-libertades-economicas/

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