Sean Duffy, administrador interino de la NASA, busca dar un impulso a la construcción de un reactor nuclear en la Luna y redefinir la cooperación con el sector privado para desarrollar el reemplazo de la Estación Espacial Internacional.
Estas iniciativas representan las primeras modificaciones de peso en la política espacial de Duffy desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo nombró para el cargo de forma provisional.
“Estamos en una carrera a la luna, una carrera a la luna contra China”, afirmó Duffy este martes en una rueda de prensa. “Para tener una base en la Luna, necesitamos energía. En algunas de las localizaciones claves allí vamos a contar con energía solar. Pero esta visión tecnológica es vitalmente importante, así que hemos empleado centenares de millones de dólares en estudiarla”. Y añadió: “¿Podemos hacerlo? Vamos a ir más allá de solo estudiarla, y vamos a ir allá. Hemos dado órdenes para ello. Empecemos desplegando nuestra tecnología, para movernos y hacer esto una realidad”.
La directriz sobre energía nuclear urge a “moverse con rapidez” para ser los primeros en instalar reactores en el satélite. El plan prevé abrir licitaciones en 60 días y adjudicar al menos dos contratos. Hasta ahora, la NASA había encargado a distintas empresas el diseño de pequeños reactores de fisión de 40 kilovatios, con tres contratos adjudicados en 2022 por cinco millones de dólares cada uno. El nuevo objetivo apunta a un sistema más potente, capaz de generar al menos 100 kilovatios –energía suficiente para unas 80 viviendas en EE.UU.– y listo para funcionar en poco más de cinco años.