Siete periodistas atacados en Guerrero

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Este sábado 14 de mayo sufrieron un ataque siete periodistas que viajaban por la carretera Iguala-Alamirano en Acapetlahuaya, Guerrero, donde un grupo de hombres armados habían colocado un retén. Los reporteros estaban en Guerrero para cubrir la entrada de fuerzas federales y estatales en el municipio de San Miguel Totolapan, debido al grupo de autodefensa que formaron los locales para protegerse de conjuntos delictivos como Los Tequileros.

Los reporteros atacados fueron Pablo Pérez García de Posty , un medio Hispano, Sergio Ocampo Arista, corresponsal de distintos medios entre ellos la Agence France-Presse, Hans Musielik colaborador alemán de ViceNews México, Yahir Cabrera Torres de La Jornada Nacional, Ángel Misael Galeana de Grupo Imagen, Jorge Alberto Martínez Dionicio de Quadratín Guerrero y César Alejandro Lorenzo Ortiz corresponsal de Bajo Palabra y W Radio.

Aunque los siete resultaron ilesos, fueron despojados de sus equipos que consistían en cámaras, computadoras y celulares, además les quitaron una de las dos camionetas en las que viajaban, sus tarjetas bancarias y pasaportes.

Sergio Ocampo, perteneciente a la Agence France-Presse, comentó que trataron de negociar con los atacantes pero esto no resultó. Frente a lo ocurrido, este Domingo 14 de Mayo, la Procuraduría General de la República (PGR) anunció que mediante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión (FEADLE) comenzará una investigación de los hechos. Por otro lado, el gobierno de Guerrero mencionó que los principales sospechosos del ataque son La familia Michoacana, otra banda delictiva que se encuentra en el área.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos también se hizo presente este domingo condenando los hechos y anunciando que dará acompañamiento frente a lo ocurrido, sin embargo no específico en que consistiría este.

Con información de Notimex y AFP.

 

Un Totolapan en cada hijo te dio…

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En los últimos días supimos la noticia de los hechos ocurridos en San Miguel Totolapan, Guerrero donde grupos de autodefensa han surgido para combatir al grupo criminal denominado “Los Tequileros”.

El hecho que ilustra el punto máximo de la ridiculez es cuando al secuestrar los Tequileros a un ingeniero de la localidad, el grupo autodefensa en represalia secuestró a la madre del líder de dicho grupo, Raybel Jacobo de Almonte.

Totolapan es de esos pueblos de la zona de Tierra Caliente que es uno de tantos en este país que nunca han existido para nadie, que han sido sistemáticamente olvidados por todos y que los recordamos sólo por tragedias o hechos que llenan de asombro y enfado a la sociedad nacional.

El problema de las autodefensas es un fenómeno cada día de mayor repetición en el país y tanto sus causas como consecuencias dependen del contexto específico del país. Sin embargo, la estrategia gubernamental es siempre la misma.

Paso 1: Desprestigiar el movimiento

Paso 2: Instarlos a deponer las armas

Paso 3: Dinamitar las diferencias internas

Paso 4: Atomizar los grupos

Paso 5: Eliminación del movimiento

Más allá de la ilegalidad que, por supuesto, constituye un movimiento autodefensa, el gobierno simplemente va por el camino fácil a problemas tan complejos y tan ríspidos que, sin lugar a dudas, no resuelve absolutamente nada.

Grupos como “Los Tequileros” se han formado como consecuencia de la terrible estrategia de seguridad nacional de los tres niveles de gobierno que fragmentan a unos y otros agravando el problema en proporciones desconocidas.




El polvorín que es la Tierra Caliente es algo que a pocos asusta en estos momentos pero que sin lugar a dudas es reflejo del enorme vacío gubernamental en esos estados (Guerrero y Michoacán) donde sus gobiernos están a total merced del crimen organizado en los tres niveles de gobierno.

En Michoacán donde matar secretarios de seguridad pública se ha convertido en uno de sus principales deportes tenemos una ausencia total del gobierno en todo tipo de temas. ¿Dónde quedó el movimiento del Dr. Mireles? Domesticado bajo la figura del “Papá Pitufo” que a estas horas tiene menos o igual poder que un policía rural.

No se trata de apoyar o eliminar las autodefensas de un plumazo, el problema está en la miopía del gobierno para resolver el problema y mientras el narco siga teniendo voz y voto en los palacios de gobierno la situación no se resolverá.

Este tema en Totolapan no se resolverá ni capturando/asesinando al “Tequilero” ni siquiera capturando/asesinando a cada uno de los miembros del grupo.

No se trata de eliminar “Tequileros” o pulqueros o mezcaleros… se trata de abordar el tema de frente con modelos de policía única, renovación de policías y una intervención total y permanente del gobierno federal en estas regiones.

Afortunadamente, el ingeniero anteriormente mencionado fue liberado, lo mismo que la madre de Raybel Jacobo de Almonte. Sin embargo, el problema está ahí y como siempre el gobierno del estado de Guerrero inexistente y sin saber cómo abordar el tema.




Guerrero, es una región tan fallida como Siria o Afganistán porque, aunque se escuche a exageración, comparten muchas características, incluso en el tema de desplazados. Lo único que salva a la zona de Tierra Caliente es su limitación geográfica y que el problema no se ha trasladado a otras regiones.

No se trata de meter más soldados o más marinos, es claro que Cienfuegos no está de acuerdo y que dicha estrategia no puede mantenerse a largo plazo.

Astudillo, el desconocido gobernador de Guerrero ha salido a decir que el problema no está fuera de control. Es paradójico decir que la zona está controlada cuando él está en el cargo tras la renuncia y huida de un gobernador que no pudo con dicha zona.

La constitución de la autodefensa en Totolapan es reflejo de la ausencia de toda autoridad y presenta un falso dilema que la prensa ha presentado “Apoyar o no a las autodefensas”.




Las autodefensas son un síntoma de la enfermedad, sin embargo, lo que pasará en los próximos días será la solución antes presentada, los conminarán a deponer las armas, el Ejército pudiera estar un par de semanas, los Tequileros no morirán, es más, se fragmentarán en células aún más difíciles de rastrear y le facilitarán el trabajo a grupos como Los Zetas que podrán entrar a operar en Totolapan y zonas aledañas con un panorama más alentador, grupos rivales divididos, sociedad en temor, autodefensas extintas y una ausencia de gobierno traducida en espléndida cooperación.

Lo dicho, dicho está.

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