La Administración de Donald Trump revocó la autorización de la Universidad de Harvard para admitir nuevos estudiantes extranjeros y afectó a quienes actualmente estudian en la institución con visa especial.
La medida se suma a la congelación de fondos federales que el Gobierno ha impuesto a la universidad debido a desacuerdos ideológicos.
El Departamento de Seguridad Nacional, a través de Kristi Noem, responsabilizó a Harvard de promover violencia, antisemitismo y vínculos con el Partido Comunista Chino. Además, exigió información sobre estudiantes extranjeros involucrados en actividades consideradas “peligrosas” o “ilegales”, y ha sancionado a varios por protestas en campus.
En semanas recientes, la Casa Blanca anunció un recorte de 450 millones de dólares en subvenciones federales a Harvard, además de congelar 2,200 millones anteriormente, y amenazó con retirar la exención fiscal por no atender las demandas del Gobierno en temas de antisemitismo.
Además de la reducción financiera, la universidad enfrenta acusaciones sobre violaciones a derechos civiles y discriminación en publicaciones estudiantiles, en un contexto de tensiones políticas entre la institución y la Administración Trump.