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La pequeña ciudad que México está levantando para recibir a los deportados de Estados Unidos

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Bajo la sombra de un imponente crucifijo, los obreros y trabajadores de Ciudad Juárez, trabajan día y noche para levantar una pequeña urbe compuesta por varias de tiendas de campaña a las afueras de la ciudad.

En el antiguo recinto ferial, donde en 2016 se erigió un altar para una misa del papa Francisco, el gobierno mexicano se alista para recibir a los miles de deportados que, según sus previsiones, llegarán desde Estados Unidos en las próximas semanas.

Ciudad Juárez es una de las ocho localidades en la frontera de 3,000 kilómetros donde México se prepara para enfrentar la anticipada ola de expulsiones.

Cientos de trabajadores están ayudando a levantar un refugio rudimentario destinado a albergar temporalmente a lo que el presidente Donald Trump describió como “la mayor deportación de la historia de EE.UU.”

Además de un resguardo contra el clima, los deportados recibirán alimentos, atención médica y asistencia para tramitar documentos de identidad mexicanos como parte del programa gubernamental denominado “México te abraza”.

“México hará todo lo necesario para atender a sus compatriotas y destinará lo necesario para recibir a quienes sean repatriados”, aseguró Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, durante la toma de posesión del expresidente Trump.

La presidenta Claudia Sheinbaum, por su parte, ha reiterado que su administración priorizará las necesidades humanitarias de los retornados, quienes podrán acceder a programas sociales, pensiones y empleo de manera inmediata.

Asimismo, ha hecho un llamado a los mexicanos a “mantener la calma y la cabeza fría” respecto a las relaciones con el expresidente Trump y su administración, desde las deportaciones hasta las amenazas de aranceles.

“Con México, creo que vamos muy bien”, declaró el expresidente Trump en un discurso en video durante el Foro Económico Mundial en Davos la semana pasada.

Sheinbaum ha enfatizado que el diálogo y la apertura de canales de comunicación son clave para mantener la estabilidad. Sin embargo, también reconoce que la declaración de emergencia en la frontera estadounidense podría representar un desafío significativo para México.

Con alrededor de cinco millones de mexicanos indocumentados viviendo en EE.UU., el posible retorno masivo de esta población podría saturar rápidamente ciudades fronterizas como Juárez y Tijuana, poniendo a prueba los recursos disponibles.