En un inquietante suceso este mes, centros de votación y edificios gubernamentales en seis estados fueron destinatarios de cartas sospechosas que, sin lugar a dudas, generaron temor entre los receptores. Algunas de estas cartas contenían rastros de fentanilo o polvo blanco, acompañados de amenazas apenas veladas y símbolos políticos de origen incierto.
Recordando los ataques con ántrax que cobraron la vida de cinco personas en 2001, los funcionarios electorales, ya lidiando con acosos y amenazas constantes, se sienten impulsados a buscar ayuda de la policía local, bomberos y departamentos de salud. La naloxona, un medicamento para revertir las sobredosis de opioides, está siendo considerada como un recurso esencial para garantizar la seguridad en medio de una epidemia de adicción que cobra la vida de más de 100,000 personas anualmente en Estados Unidos.
Aunque el riesgo de exposición accidental al fentanilo es bajo, tener el antídoto a mano brinda cierta tranquilidad a los empleados electorales, quienes se encuentran en la primera línea de abrir miles o millones de papeletas, según Eldon Miller, encargado del personal de apertura de papeletas en las elecciones del condado de King en Seattle.
Las cartas, enviadas a estados como Georgia, Nevada, California, Oregon, Washington y Kansas, han generado evacuaciones y retrasos en el recuento de votos en algunas elecciones locales. El FBI y el Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos están actualmente llevando a cabo investigaciones.
Estas cartas presentaban símbolos variados, como uno antifascista, una bandera del orgullo del progreso y un pentagrama, sin claridad sobre las inclinaciones políticas de los remitentes. La crisis de sobredosis provocada por el fentanilo, un opioide 50 veces más potente que la heroína, ha llevado a algunos condados a proporcionar kits de naloxona y capacitar al personal electoral en su uso.
La directora electoral del condado de Cherokee, Anne Dover, resalta el abuso emocional y psicológico sufrido por los trabajadores electorales en todo el país desde las afirmaciones electorales falsas de Donald Trump después de las elecciones de 2020. La distribución de naloxona se ha convertido en una medida precautoria, y algunos condados, como Lane en Oregón y Lincoln en Nevada, están tomando acciones proactivas para asegurar la seguridad de su personal electoral.
A pesar de la disponibilidad de naloxona en línea y en algunas farmacias, críticos, como Maya Doe-Simkins de Remedy Alliance/For The People, instan a enfocar los recursos en proporcionar el antídoto a aquellos propensos a sufrir una sobredosis en lugar de gastar en garantizar que los funcionarios electorales tengan acceso a él. A pesar de las críticas, otros funcionarios electorales, como Linda Farmer del condado de Pierce en Tacoma, Washington, consideran que tener naloxona a mano es una precaución necesaria dada la incertidumbre actual.
(Fuente: Luis Cárdenas MX)