En este espacio se había comentado la simulación política de imponer a Larrazábal como candidato a gobernador para zanjarle el camino al PRI. Lo que vive hoy el PAN Nuevo León es una terrible crisis interna justo antes de los comicios en 2021 donde el objetivo es/era minar la fuerza de Morena.
En tanto, Víctor Fuentes y ahora Felipe de Jesús, enojados y visiblemente enemistados con las decisiones políticas de la empresa Zeferino-Gracia & Friends S.A que gerencia al albiazul, decidieron romper con sus militancias de muchos años para unirse al proyecto de Clara Luz.
Mauro Guerra y la dirigencia ya hicieron el cálculo político y tendrán los argumentos para defender sus decisiones, el problema es el riesgo que presenta el hecho de no solo competir con las estructuras priistas de Escobedo operadas por Abel Guerra y el advenimiento de MC, sino contra el propio PAN.
Es cierto, la crisis del PAN no es nueva, tiene el acostumbrado nepotismo para elegir candidaturas, pero ahora incorpora nuevos elementos. En un intento de “renovación” y negociación, entraron en matrimonio con el PRI y ahora se suma una alianza algo inesperada, con el Bronco y algunos de sus funcionarios como Manuel González.
Y es que como dicen, a río revuelto, ganancia de pescadores, la profunda crisis interna del PAN avivó el Draft electoral posibilitando una inusitada flexibilidad de cuadros. Panistas en Morena, Priistas y Bronquistas en el PAN, Petistas en el PRI, figuras de la TV en el PRI y otras combinaciones, mostrando el poco interés que tienen en la institucionalidad, la ideología y hasta el proyecto político… lo importante es salir en la boleta, no importa cómo y ni con quién.
Sin ser vidente, se observa que el PAN está al borde de ser relegado a tercera fuerza del estado, cada día más arrinconado en sus bastiones.
Lo dicho, dicho está.