La economía estadounidense se contrajo en su ritmo más veloz desde la Gran Depresión, a la tasa anual más grave en la producción desde que el gobierno comenzó a tomar registros en 1947, así dijo el jueves el Departamento del Comercio. La caída en este segundo trimestre, la pandemia de coronavirus devastó el consumo personal y de las empresas, mientras que la recuperación se ve amenazada por el rebrote de la enfermedad.
El Producto Interno Bruto (PIB) se derrumbó a tasa anualizada de 32.9% en el segundo trimestre del 2020. El descenso del PIB triplicó la última gran retracción de la economía, de un 10%, registrada en el segundo trimestre de 1958. Se destaca que la economía se redujo a una tasa del 5% en el primer trimestre.
En comparación con lo previsto por expertos, de acuerdo a encuestados por Reuters habían previsto un colapso del PIB de 43.1% en el periodo de abril a junio. Gran parte de esta caída ocurrió en abril, cuando la actividad casi se paralizó luego de que restaurantes, bares, fábricas y otros negocios se vieron obligados a cerrar desde mediados de marzo para detener la propagación del Covid-19.
Debido a al reaparición de casos de coronavirus, a pasar de que la economía comenzó a repuntar en mayo, el impulso se ha desacelerado por la reaparición de casos de coronavirus, especialmente en áreas densamente pobladas del sur y el oeste de Estados Unidos, donde las autoridades están cerrando nuevamente negocios y empresas para contener los contagios.
El día miércoles, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reconoció el miércoles que ha habido una desaceleración de la actividad económica. El banco central dejó sin cambios su objetivo de tasa de interés en niveles cercanos a cero y se comprometió a continuar inyectando dinero barato a la economía.
De acuerdo a expertos consultados por El Economista, se dice que sin el primer paquete fiscal de casi 3 billones de dólares aprobado por el Congreso, la contracción del PIB pudo haber sido peor. El plan ofreció a las compañías ayudarles a pagar salarios y entregó a millones de desempleados un cheque semanal de ayuda por 600 dólares, en un subsidio de emergencia que expira el sábado. Muchas empresas han agotado sus líneas de crédito.
Con información de El Economista