El jefe de la Unidad de Investigación y Desarrollo Tecnológico Molecular del InDRE, Ernesto Ramírez, indicó que los cuatros casos sospechosos detectados en Jalisco corresponden a una mutación pero que, aunque todavía se analizan las muestras, no se han caracterizado como una nueva variante.
“De entrada, no se puede hablar de una variante, se puede tratar de una mutación, pero hasta que no tengamos la secuencia completa del genoma podríamos determinar esto”, señaló Ramírez en la conferencia diaria de seguimiento de la pandemia del COVID-19 en México.
Durante la conferencia sobre el coronavirus, el especialista detalló que los casos de la variante localizados en Jalisco corresponden a la E848K.
Explicó que tras un primer análisis secuencias del genoma de estas muestras, se encontró una mutación pero que, de entrada, esto no se puede considerar una variante.
Detalló que para que se encuentre una variante, esta secuencia debe contar con todas las mutaciones como una mayor atracción sobre las células a infectar, mayor transmisibilidad o el grado de respuesta inmune entre otras.
Dijo que la detección de mutaciones y variantes requiere de tecnologías especializada y que, aunque en México se cuenta con diferentes estudios en institutos, el proceso es tardado y costoso a diferencia de otros países, como Estados Unidos, con una capacidad mayor instalada.
Por ejemplo, de la variante de Reino Unido, 50 países ya tienen casos y cada país aporta la información que tiene disponible sobre ella.
El pasado 29 de enero, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro confirmó que se habían localizado cuatro casos sospechosos de la variante sudafricana-brasileña.
Alfaro apuntó que los estudios en el InDRe se realizarán a través de una secuenciación para poder hacer un estudio de mucho mayor profundidad e identificar los efectos que esto podría tener, sin embargo, el mandatario estatal indicó que “esto no es un asunto menor”, y llamó a acciones urgentes debido a que se trata de variantes más contagiosas que la variante china.