En estos días hemos tenido protestas de FRENA en diversas partes de la República, especialmente en la Ciudad de México. Sobre la avenida Paseo de la Reforma y la avenida Juárez en las inmediaciones de la Alameda Central se hicieron famosas las tiendas de campaña (muchas de ellas vacías) instaladas por miembros de este grupo.
El líder visible es Gilberto Lozano, sin embargo, hay más corrientes dentro de este movimiento difuso y nebuloso. Si bien, coinciden en el rechazo a Andrés Manuel como político y persona, el movimiento es simplista, reduccionista, clasista y aparte fantasioso. En su lógica, AMLO es el responsable de “llevar al país al colapso” y “al comunismo”. Lugares comunes e ideas muy generales aderezan su discurso como: “México unido” y “México con valores”.
Aunque todxs o casi todxs comulgan abiertamente con ideologías de derecha, no defienden prebendas o intereses de los grupos oligárquicos, pero tampoco a las minorías o grupos vulnerables. FRENA no representa a los grandes capitales (ellos tienen un diálogo directo con el presidente) ni a los grupos sociales marginados que calman por justicia. FRENA lucha contra un monstruo amorfo que ven dentro de su propio laberinto mental.
Por ejemplo, el ideario que tienen de AMLO es extraño, lo pintan como en realidad no es (ni cerca, ni siquiera 1 de las siguientes características): Comunista, pro-LGBT, radical, abortista y represor de la propiedad privada.
FRENA se ha destacado por tener manifestantes con arengas ridículas, especialmente de adultos mayores o acarreados que no entienden completamente de qué trata la protesta. Famosos por sus protestas en carros de reciente modelo y traer empleados para que les carguen anuncios, se ha vuelvo un grupo que conecta poco con el ciudadano común.
El problema de FRENA, además de sus diatribas torpes, como la tontería de Lozano llamando “soviética” a Claudia Sheinbaum, es que es un contingente de gente que no sabe de protestas, es tibio, lento y sin arraigo. Por eso, el PAN, PRI y México Libre, posibles destinatarios de los votos de estas personas, las han abordado con distancia. Calderón mandó un tweet apoyando, pero se limitó a eso solamente.
Personajes como Lozano y otros que le acompañan no solo no tienen las mejores intenciones o ideas, son un movimiento efímero (Desde el nombre) que encarna el clasismo y el absurdo llevado a un extremo. Demás está decir que el movimiento durará por un tiempo más con consignas y arengas que harán poco eco en la vida pública nacional.
La politización y movilización de los ciudadanos enriquece el contraste de ideas. Eso si, las tiendas de campañas vacías y las protestas desde carros no han hecho ni hacen revolución.
Lo dicho, dicho está.