La semana pasada les comenté sobre mi experiencia en los primeros días de la Feria Internacional del Libro. Ahora que ya terminó creo que debo hacer un balance de las cosas positivas, oportunidades y cosas a mejorar para años posteriores. Visité la feria en 5 días diferentes por varias horas, lo cual me dio la oportunidad de visitar diferentes stands y recorrer algunos varias veces.
Ciertamente, los grandes consorcios tenían mayor visibilidad y número de libros en venta. Sin embargo, me parece muy relevante decir que se invitó a gente con propuestas muy distintas y plurales; tanto críticos del sistema político como escritores de fama nacional. Me dio gusto ver una sección de escritores, revistas y editoriales independientes, que hicieran una sección para algunas religiones, incluso para distintas culturas o países ahí presentes.
Todos debemos felicitar al Tecnológico de Monterrey por organizar este esfuerzo logístico en un país y una ciudad que no se distingue precisamente por tener un gran número de lectores. Sin embargo, creo que hay sugerencias y distintas áreas de oportunidad por mejorar para futuras ediciones y no dudo que el ITESM hará un análisis para la toma de decisiones.
¿De qué sirve entonces fomentar la compra de los libros si no fomentamos lugares para leerlos ahí mismo, y conversar entre lectores sobre temas en común o escritores preferidos?
Entre las áreas principales a cuestionar, considero dos muy importantes. La primera es la poca disponibilidad de espacios para intercambiar ideas entre lectores y falta de lugares en las editoriales para que sus clientes pudieran leer lo que están comprando. Me tocó observar en la esquina superior derecha, en el pasillo del fondo después de la sala D, que existía un lugar donde algunos escritores conversaban y leían en voz alta algún texto de su autoría o de un tema en particular. Sin embargo, era sólo un espacio. ¿De qué sirve entonces fomentar la compra de los libros si no fomentamos lugares para leerlos ahí mismo, y conversar entre lectores sobre temas en común o escritores preferidos? ¿Por qué Gandhi, Paidós y Océano dedicaron tanto espacio a anaqueles y una minúscula parte a espacios de lectura cuando ellos son los peces gordos de la Feria?
Es un deber moral del gobierno fomentar y patrocinar la cultura.
La otra área a mejorar es el manejo y promoción de la Feria. A diferencia de otras ferias nacionales, el estado o ciudad sede no se hizo presente en la organización del evento. Tanto el municipio de Monterrey o el Gobierno del Estado no pueden ni deben dejar al Tec a organizar el evento sólo. Es un deber moral del gobierno fomentar y patrocinar la cultura. Sin embargo, algún lector pensará: ¿por qué el gobierno tendría que meter dinero en un negocio lucrativo de Grijalbo, Planeta, Trillas, etc? Ahí es donde radica la importancia de fomentar sitios de lectura ya sea dentro de la Feria o en stands del Gobierno precisamente.
No es sólo invitar escritores a que anuncien su libro y hablen de él. Es de crear interacciones entre lectores, escritores e ideas que dejen huella en la gente.
Esta Feria es un gran esfuerzo que no podemos dejar o abandonar a su suerte. Hay que presionar al Gobierno para que participe en conjunto y promueva la lectura entre la sociedad y evitar la tendencia al mercantilismo de las editoriales e instituciones privadas. Como ejemplo, el domingo pasado tuve el gusto de estar presente en una plática de la UANL sobre el Existencialismo visto desde el ángulo de las ideas de Camus, Sartre y por supuesto de Kierkegaard. Este tipo de pláticas o eventos hay que promoverlos más. No es sólo invitar escritores a que anuncien su libro y hablen de él. Es de crear interacciones entre lectores, escritores e ideas que dejen huella en la gente. El objetivo final del visitante de la Feria debe ser: “¡Hoy aprendí algo nuevo sobre filosofía o poesía!” Y no: “¡Compré un bestseller en Gandhi a mitad de precio!”
______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”