Un día en el poder, es todo y es nada. Es todo, pues empieza a escribirse una historia nueva, nace la esperanza de que este día pueda marcar el inicio de un gobierno que sí sea diferente, que rompa prácticas indeseadas y traiga mejoras sociales. Pero un día en el poder son sólo 24 horas en las que no se pueden reparar años de impunidad, corrupción y violencia.
Esta es la historia de Gisela Raquel Mota Ocampo quien ganó en el 2015 las elecciones que le otorgaban la presidencia municipal de Temixco, Morelos.
Esta es la historia de Gisela Raquel Mota Ocampo quien ganó en el 2015 las elecciones que le otorgaban la presidencia municipal de Temixco, Morelos. Gisela comenzó seguramente el 2016 de manera optimista, pues el gran triunfo de su carrera política apenas comenzaría a convertirse en realidad el primero de enero con su toma de protesta. Una mujer que no era perfecta, como cualquier humano, que tenía un pasado que podía ser criticado pero que decía estar dispuesta ayudar a crear un mejor Temixco.
Al día siguiente de su toma de protesta fue víctima de la violencia y corrupción que azotan a este país, cuando un grupo de presuntos sicarios acabaron con su sueños, su carrera y con su vida.
Al día siguiente de su toma de protesta fue víctima de la violencia y corrupción que azotan a este país, cuando un grupo de presuntos sicarios acabaron con su sueños, su carrera y con su vida.
¿Qué fue lo que llevo a Gisela a estar sólo un día en el poder?
Su manera de abordar las cosas y hablar. Durante su campaña dejó en claro que deseaba combatir la corrupción y el narcotráfico que afligían a su municipio. Su discurso en la toma de protesta no fue distinto, ella enfatizó que tendrían “mano firme contra los corruptos y que implantarían en su municipio el imperio de la ley”. El Secretario de Ayuntamiento de Temixco, Carlos Caltenco, especula que su discurso tan “directo” fue lo que generó que los intereses de ciertos grupos se sintieran amenazados, y que fueran ellos quienes decidieran terminar con la vida de la alcaldesa.
El Secretario de Ayuntamiento de Temixco, Carlos Caltenco, especula que su discurso tan “directo” fue lo que generó que los intereses de ciertos grupos se sintieran amenazados, y que fueran ellos quienes decidieran terminar con la vida de la alcaldesa.
El asesinato de Gisela es el crimen número 41 contra un alcalde en los tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto (Asociación de Autoridades Locales de México AC, 2015). Este hecho ha alarmado a individuos y organizaciones. Las dependencias nacionales de ONU Mujeres y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos han reconocido lo que el asesinato de Gisela representa para la poca participación política de las mujeres a nivel municipal en México.
“Si bien la paridad constitucional ha permitido a México avanzar hacia la igualdad de las mujeres en los Congresos, este tipo de crímenes puede inhibir la participación política femenina en los municipios, donde su presencia aún es insuficiente”.– (Extracto del Comunicado Oficial de las dependencias de la ONU en México).
El asesinato de Gisela es el crimen número 41 contra un alcalde en los tres años de gobierno de Enrique Peña Nieto
Un día en el poder se tornó desastroso. Un día en el poder contra cientos de días de trabajo, contra años de lucha de las mujeres para cambiar y ser parte de la historia política de este país. El caso de Gisela también nos demuestra el largo camino que todavía falta por recorrer para asegurar la libertad de expresión y seguridad de las mujeres y los hombres que se atreven a señalar los errores de este país, a criticar al gobierno o denunciar a los “malos”. Como Gisela, hay muchos otros, políticos, periodistas, activistas y ciudadanos que su voz y la búsqueda de la verdad les ha perjudicado.
Un día en el poder se tornó desastroso. Un día en el poder contra cientos de días de trabajo, contra años de lucha de las mujeres para cambiar y ser parte de la historia política de este país.
“Gisela vive la lucha sigue y sigue” fue el grito que se escuchó en el funeral de la alcaldesa, y es cierto el recuerdo de Gisela estará por siempre presente en los habitantes de Temixco, que recordarán este violento atentado. Un día en el poder no es suficiente para recuperar Temixco o México, pero ojalá sí lo sea para activar una conciencia ciudadana que repudie la violencia, denuncie la corrupción y que no sea cómplice de actos y prácticas que dañan la democracia nuestro país.
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