Empezó el reto para los nuevos gobiernos encabezados por Samuel García y Luis Donaldo Colosio y ¡de qué forma!
Tanto en el gobierno estatal, como el de Monterrey los funcionarios entrantes nos topamos con campos minados y “sorpresas” cortesía de las administraciones anteriores.
Corruptelas de todo tipo, tamaños y sabores, pero a la vez iguales: todas apestan a abusos de poder.
Debo confesar que lo que más me ha provocado coraje es conocer el nivel de abandono en el que los gobiernos anteriores tenían a la ciudadanía. ¿Qué hacían los gobiernos anteriores? Pero no me voy a desgastar en culparles, más bien quiero hacer una reflexión sobre lo que nos toca a sociedad civil y funcionarios públicos entrantes.
Como Regidora de Monterrey es parte de mi deber escuchar, recibir quejas y reportes de mis vecinos y demás ciudadanos. “Esta luminaria tiene más de dos años apagada”, me dicen con frecuencia.
Lo mismo con baches, basura, falta de mantenimiento en parques y demás situaciones que escucho a diario y que la gente normalizó que estuvieran en mal estado por meses y hasta por años.
En estas dos semanas que he dado seguimiento a algunos reportes, mismos que los compañeros de Servicios Públicos han resuelto de inmediato para sorpresa de los vecinos.
Poquito a poco vemos que la gente se ha ido animando a denunciar el abandono de los espacios públicos y a pedir soluciones. Como que quieren confiar, pero no quieren hacerse ilusiones.
Se entiende. Toda la vida las autoridades nos han decepcionado.
Creo que es un momento histórico para que las personas que vivimos en Nuevo León consideremos dar un salto de confianza para con las nuevas autoridades. Sabemos que no es fácil, pero debemos de hacer un borrón y cuenta nueva de ambas partes.
¿Cómo hacemos este borrón y cuenta nueva?
Para levantar a nuestra comunidad nos necesitamos todos. Acudan a nosotros: reporten abusos de poder, reporten baches, reporten basura, reporten corrupción tanto a nivel municipal, como a nivel estatal. Todo. Sean nuestros ojos.
Dejemos todos a un lado la apatía, el hastío. Nuestro compromiso será actuar diligentemente.
Unidos podemos cambiar el rumbo de Nuevo León, de Monterrey, de San Pedro, de todos lados, pero la ciudadanía tiene que apoyar con su voz porque ningún gobierno puede solo.