A lo largo de los meses crudos de la pandemia, 12.5 millones de mexicanos dejaron de ser parte de la población económicamente activa en lo que fue, verdaderamente, un mar de incertidumbre económica. Justo hace una semana, el INEGI comunicó a través de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) que al concluir el mes de agosto, 7.1 millones de mexicanos habían recuperado sus empleos. Desgraciadamente, la reactivación del mercado laboral no fue exactamente la idónea. Ya que, en su mayoría, los mexicanos que recuperaron sus empleos lo hicieron en trabajos relativamente informales. Algunos incluso, se vieron en la forzosa necesidad de trabajar por menos del ingreso que estaban acostumbrados a percibir con anterioridad. No hay manera de negar lo evidente, uno de los retos de estas nuevas adecuaciones será el cómo proteger a los trabajadores y a las pequeñas empresas.
Llegamos a un punto no visto en muchos años, las estadísticas precisan que 1 de cada 4 mexicanos se reincorporaron a sus respectivas labores en el marco del sector informal. Con esto en consideración, se llegó a otras dos cifras clave, mismas que determinan qué probablemente lo que reste de la pandemia el 22.6% de la población económicamente activa gane como máximo el equivalente a un salario mínimo por jornada. Mientras que el 35.7% ganará entre 1 y 2 salarios mínimos como máximo. Cerrando las cifras un poco, prácticamente estamos hablando de que casi la cuarta parte del país perteneciente al rubro económicamente activo va a vivir con menos de 123.22 pesos al día. Esto es francamente alarmante contemplando que probablemente tengan una familia. A fin de entender a mayor profundidad la situación, es importante replantearnos la siguiente pregunta: ¿para qué nos alcanza con 123.22 pesos?
En el margen del año del “Gran Confinamiento” cómo bien lo anticiparon muchos expertos, se reportó que los negocios más perjudicados en términos de empleados desocupados fueron las MIPYMES, en específico: los micro-negocios y las pequeñas empresas. Cabe destacar que el rubro de prestación de servicios fue también el mas devastado por la contingencia. Hasta el momento, tenemos el conocimiento de que el desplome del PIB de nuestra nación fue de un 18.7%, otro número que permanecerá como la caída más aguda en la historia. Puede que para muchos, las cifras anteriormente señaladas resulten poco alentadoras. A pesar de ello, él común denominador sugiere exactamente lo contrario.
La maravilla del mexicano, reside en que a pesar de cuán difícil pueda resultar la situación, o qué tan poco prometedora pudiera parecer, se olvida de esto, ya que basta con decir que el mexicano promedio labora 2148 horas, siendo la media mundial de apenas 1734 horas al año. Más allá de los indicadores que nos representan como nación, los mexicanos están resolviendo sus inquietudes y necesidades en sus hogares. Si bien es cierto, la pandemia vino a causar una inestabilidad significativa, pero esto no detuvo a muchos de comenzar a emprender con artículos de primera necesidad para hacerle frente a la situación. Ante la contingencia, muchos optaron por hacer de algunos de sus pasatiempos nuevas fuentes de ingresos. Incluso encontrando así, alternativas para poder laborar desde sus hogares. La pandemia ha traído consigo, la oportunidad para muchos de reinventarse.
Incluso ante una situación tan compleja como la que nos encontramos enfrentando en la actualidad, las ventas online han apoyado a que más emprendedores hicieran crecer sus negocios. Para muchos, esto es algo prometedor y un gran punto de partida. Además, es importante señalar que esta inserción en el panorama digital permite entrever un posible crecimiento de estas plataformas hasta del 40% en los próximos meses. Algunos críticos aseguran que esta modalidad de transacciones será clave para potencializar la recuperación económica de nuestra nación y que en algunos meses, podría incluso dejarnos en una posición económica mucho más estable. Los mexicanos hemos dejado en claro una cosa: en tiempos de crisis, estamos también ante tiempos de oportunidades.
Definitivamente los últimos meses no han sido sencillos, pero a pesar de todo, este es el punto histórico al que probablemente teníamos que llegar para diseñar una nueva época y solidificar un México distinto. Tal vez era necesario unificar a la nación hogar por hogar para poder entender y asimilar mejor la situación. Poco a poco, la nación entera se ha acoplado a los retos emergentes demostrando una fortaleza inmensurable, sumamente característica. En un mar donde algunos van en un bote modesto y algunos otros en embarcaciones un tanto más grandes, este es el momento clave para apoyarnos unos a otros y salir adelante.