El director general de Epidemiología, José Luis Alomía, aseguró que comparar cifras totales sobre la pandemia de COVID.19 a nivel mundial “no tiene sustento técnico ni es lo más adecuado”.
El miércoles Amnistía Internacional informó que México es el país con más muertos por COVID-19 entre personal de Salud en todo el mundo.
La Secretaría de Salud informó este jueves que suman 104 mil 590 casos y mil 410 muertes por coronavirus en el gremio.
Alomía argumentó que el Sistema de Vigilancia Epidemiológica en México está enfocada para vigilar esencialmente casos graves de COVID-19, entre los que se incluyen los presentados entre el personal sanitario. Aunque, por la naturaleza del método de vigilancia, podrían no registrarse todos los contagios de coronavirus en el gremio, el sistema garantiza a todos los decesos y casos graves se contabilizan.
“Desconozco si este mismo enfoque de vigilancia ocurre en todos los países de la región o del mundo. Pero, más allá de este enfoque, cuando hacemos comparaciones lo mejor es comparar tasas. Entonces, en este caso, necesitaríamos conocer, por ejemplo, cuál ha sido la carga de enfermedad en profesionales de la Salud, o inclusive una tasa de letalidad. Conocer esos dos datos realmente nos daría una mejor perspectiva o aproximación a un comparativo de la magnitud del problema”, señaló el funcionario.
Argumentó que no se puede asegurar que México tiene la mayor mortalidad por COVID-19 entre personal sanitario.
Alomía Zegarra destacó que se ha demostrado que los trabajadores de la Salud, a pesar de que comparten la misma proporción de comorbilidades que el resto de la población, “ha atendido mayores medidas para cuidarse”, lo que se ha reflejado en una menor proporción de casos graves y muertes.
En México, indicó, la enfermedad grave de COVID-19 se ha presentado en el 25% de la población en general; en contraste, entre personal de Salud, solamente el 7% han desarrollado el cuadro grave.
“La enfermedad en este grupo en específico, los trabajadores de la Salud, es menos grave que en la población en general”, comentó.
Mencionó que si la proporción de muertos por COVID-19 entre profesionales de la Salud fuera mayor a la media general, “podríamos hipotetizar que es un riesgo ser un profesional de la salud en México”.