El coronavirus ha sido la excusa perfecta para olvidar en la agenda pública lo que las marchas y protestas feministas habían logrado. Si bien esta emergencia sanitaria es un caso extraordinario que se debe de atender, no podemos descartar, aminorar o negar la crisis en materia de perspectiva de género que se vive y se ha vivido en México.
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, en la famosa “mañanera”, afirmó que el 90% de las llamadas por violencia doméstica al 911 son falsas. También manifestó que la violencia no es un valor propio de las familias mexicanas y que este confinamiento ha reunido a las familias para reforzar sus lazos. Curiosamente, la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaró que no ha disminuido la violencia de género en el país. De igual forma, la ONU ha dicho que debido a este periodo de aislamiento en América Latina han incrementado los casos de abuso doméstico, resaltando los casos de México, Argentina y Brasil.
Antes de la contingencia, el tema de discusión nacional era el alarmante número de feminicidios, violaciones y agresiones realizados de forma descarada en nuestro país. Por fin se había obtenido la atención internacional, de los medios de comunicación y del gobierno. Ahora, no solamente se ignora, si no que también se niega su existencia por nuestro mandatario. “Yo tengo otros datos…” es ya la respuesta más desgastada del titular del ejecutivo federal. Pero la pregunta debe ser ¿cuánto más podremos tolerar esta respuesta? Pareciera que su propio equipo encargado de darle estos “datos” dice lo contrario a lo que el presidente declara en cada mañanera. Ya fue suficiente de tanta incongruencia, y desconozco el mundo fantástico en el que vive Andrés Manuel, pero claramente no es el México de la realidad. Un buen gobierno es aquel que busca alcanzar los ideales político-sociales, pero la única forma de lograrlo es atendiendo a la realidad, le acomode o no al ejecutivo.
No se puede continuar maquillando la realidad, no se debe aplazar más la toma de acciones. Bajo la situación actual será cada vez más difícil visibilizarse para exigir al gobierno nuestros derechos básicos, pero te invito a ti que lees esto que no te detengas y hagas dentro de tus posibilidades este reclamo para evitar la invisibilización de esta crisis que tanto padecemos las y los mexicanos.
Esta semana se ha demostrado algo positivo también, que si nos juntamos y alzamos la voz podemos lograr la acción de las autoridades competentes. Tal es el caso de lo acontecido con “Johnny Escutia” y la youtuber Yuya. En el que por medio de la denuncia en redes sociales por el repulsivo y deleznable contenido de sus “letras”, en las que describe de forma explícita cómo abusar, violar, matar y desmembrar a una mujer. Gracias al apoyo e indignación de miles de usuarios fueron retiradas sus “canciones” (o mejor dicho discurso de odio) de las distintas plataformas digitales de reproducción. Aquí se refleja cómo la misma sociedad unida y organizada puede reclamar y hacer justicia, misma que el gobierno por su falta de empatía o habilidad para abordar estos temas es incapaz de solucionar.
Este caso al igual que muchos otros evidencia que estamos profundamente alejados de la realidad que nuestro presidente elucubra. Es doloroso y lamentable pero no incurable. La incapacidad del gobierno para llevar dos agendas públicas es evidente e imperdonable para las y los mexicanos, ya que deja un inmenso vacío en la búsqueda de una perspectiva de género como política pública. Por un lado es evidente que en esta crisis sanitaria no se han tomando las mejores decisiones en cuestión de política sanitaria para las y los mexicanos, ya que tenemos un rezago significativo en materia de salud, y por el otro el gobierno muestra su incompetencia en abordar el ya muy dicho y discutido problema de la violencia de género.
El presidente como reiteramos tiene “otros datos”, mismos que nunca parecieren ser claros, demostrando que su gobierno no cuantifica o le da la importancia necesaria a estas tragedias humanitarias. Uno no puede mejorar lo que no puede medir, quizá si escuchara al Subsecretario Hugo López Gatell, sabría que ‘es un error metodológico pensar que sólo lo que se ve existe y lo que no se ve no existe’, por decir lo menos.
Basta del silencio, si tenemos hoy esta emergencia sanitaria ataquemos de forma paralela también a la crisis de derechos humanos que afecta a las mujeres. Unidos podemos y como mexicanos lo lograremos. Ni una más, y ni una menos.