El domingo vimos la presentación de los Premios Oscares donde la película Mad Max se llevó la noche.
Los Oscares sin duda alguna es una institución sólida que ha pasado generaciones y seguirá. Es la premiación de la industria cinematográfica más poderosa y rentable del mundo. Sin duda, el talento global es acaparado por los presupuestos, prestigio y trayectoria de quienes manejan la industria.
Sin embargo, hay que analizar la presencia de los lobbies en Hollywood.
Estados Unidos es el país donde estos grupos de poder influyen en todas las decisiones políticas y sociales; el lobby mexicano, el lobby cubano, los armamentistas, los cristianos fundamentalistas, las farmacéuticas, la NFL, la FDA, entre otros.
Sin caer en juego fácil de la conspiración y la denostación étnica, los lobbies hacen su trabajo de “poner en la mesa” temas de interés o darle más presencia a algo. Un ejemplo claro de esto es que los presentadores son de raza blanca y negra. Hay que cumplir con unos y otros… Sin dudar del talento de los nominados, la agenda de la multiculturalidad es la norma (en la medida que la industria quiere, claro), de esta manera tenemos de todo un poco en los premiados y nominados.
Spotlight es un ejemplo de poner en la mesa un tema difícil como los abusos a niños por parte de sacerdotes católicos en Estados Unidos. Tanto “The Danish Girl” como “Carol” son dos películas muy entretenidas que abordan el tema LGBT de una manera muy adecuada pero es cosa de cada año donde el lobby LGBT tiene una película nominada.
Lo mismo para la película paquistaní que ganó y la nominación ucraniana. Aquí podemos ver la visión “Americana” de la realidad paquistaní que, si bien es cierto, es algo terrible tener en pleno 2016 feminicidios por cuestiones de “honor”, es una crítica de frente, total y directa a la visión paquistaní del Islam. Y qué decir de la película ucraniana, otra flor de la industria directamente contra Rusia.
El punto acá no es cuestionar el talento ni la validez de la nominación, sino el interés de la industria de poner temas para promover o atacar una idea, lo negativo es nominar actores para inflar sus carreras y subir su valor de mercado.
¿Quién no recuerda aquella queja que faltaba gente de raza negra en las nominaciones? Y curiosamente, el presentador cómico es afroamericano. No se trata de que los temas no sean importantes o pocos válidos, sino los mensajes sobre líneas que se mandan. México y sus autodefensas, Medio Oriente y su violencia, Estados Unidos y su apertura sexual….
Celebro que durante la premiación al momento de hablar de los Oscares honorarios se habló de la inclusión y la apertura. Sin embargo, el talento no tiene que ver con la raza y si ganan sólo blancos o solo chinos deberá ser por talento y no por dar trofeos para cumplir. Espero que el mensaje sea honesto y no un dulce placebo para mantener el statuo quo.
Lo dicho, dicho está.
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