Critica Thunberg 30 años de “bla bla bla” climático

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La activista sueca Greta Thunberg y otros embajadores de la juventud instaron este martes a los líderes mundiales a “despertarse” y tomarse en serio la crisis climática, a un mes de la crucial conferencia COP26.

“Eso es todo lo que escuchamos por parte de nuestros llamados dirigentes: Palabras. Palabras que suenan bien, pero que no han provocado ninguna acción, nuestras esperanzas y sueños se ahogan en sus palabras de promesas vacías”, afirmó la activista, aplaudida por jóvenes provenientes del mundo entero.

“No hay un planeta B, no hay planeta bla bla bla, bla bla bla, bla bla bla, economía verde bla bla, neutralidad de carbono para 2050, bla bla”, añadió, denunciando “treinta años de bla bla bla”, de los dirigentes mundiales y su traición a las generaciones actuales y futuras.

Cuatrocientos jóvenes, de entre 15 y 29 años, provenientes de casi 200 países y seleccionados por la ONU entre unos 9 mil candidatos, están reunidos hasta el jueves en Milán, Italia, para elaborar un texto con su visión común sobre la emergencia climática y las acciones prioritarias para ser llevadas a cabo.

Su declaración será presentada durante el fin de semana a medio centenar de ministros reunidos para preparar la COP26, prevista para noviembre en Glasgow, Escocia.

“Los escucho (…) Queremos escuchar sus ideas creativas y ambiciosas”, lanzó a través de un video el Presidente británico de la COP26, Alok Sharma.

“A comienzos de este mes, un sondeo entre jóvenes reveló que más de la mitad teme que la humanidad esté condenada al fracaso. Francamente, esto avergüenza a mi generación”, añadió.

“Pero hoy, los dirigentes mundiales tienen la ocasión para redimirse, de asumir compromisos ambiciosos”, para respetar el objetivo ideal del acuerdo de París (COP21) de limitar el calentamiento a 1.5°C respecto a la era preindustrial, afirmó.

Pero, no es seguro que sus palabras convenzan a esta juventud.

“Invitan a jóvenes elegidos a reuniones como ésta y hacen como que nos escuchan, pero no lo hacen, jamás nos escuchan”, respondió Greta Thunberg desde el estrado.

Por su parte, la activista ugandesa Vanessa Nakate urgió a los líderes a “despertar” y detalló el “sufrimiento” soportado en África, Asia o el Pacífico por los pueblos menos responsables del calentamiento global.

“Es el momento para que nuestros dirigentes despierten, es hora de que nuestros dirigentes dejen de hablar y empiecen a actuar, ya es hora de que los contaminadores paguen, es la hora de cumplir con las promesas”, indicó.

“Es el momento, es el momento, es el momento. Y no olviden escuchar a aquellos que son los más vulnerables”.

En tanto las catástrofes climáticas continúan en aumento, los compromisos de los Estados aún no están al nivel de la tarea para concretar los objetivos del Acuerdo de París, de limitar el calentamiento global por debajo de 2°C respecto a la era preindustrial, y si fuera posible en 1.5°C.

De acuerdo con un informe reciente de la ONU, el mundo se dirige a un calentamiento “catastrófico” de 2.7ºC.

“Hay que escuchar a la ciencia. Debemos realizar la transición (hacia una economía baja en carbono) antes de 2030”, abogó la peruana Valery Salas, de 24 años, una de los 400 delegados presentes.

“Los jóvenes estamos aquí para trabajar, para proponer, para encontrar soluciones para un futuro mejor”, indicó a la AFP, preocupada porque los jóvenes “no tenemos lugar en la mesa” de las decisiones políticas.

Y, como en las manifestaciones que han lanzado a millones de sus compañeros a las calles de todo el mundo en estos últimos años, los jóvenes reunidos en Milán respondieron con una sola voz a Greta Thunberg: What do we want? “Climate justice”. When do we want it? “Now” (¿Qué queremos? “Justicia climática”. ¿Para cuándo la queremos? “Ahora”).

(Fuente: AFP)

Patricia: La Tormenta Perfecta

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“Tormenta perfecta” es un término que se utiliza coloquialmente para describir una rara combinación de circunstancias que agravan a una situación drásticamente, pero también describe fenómenos naturales reales que ocurren en tal confluencia, que resultan en un evento de magnitud inusual.

Patricia ha sido la tormenta perfecta en el sentido meteorológico. Comenzó como una serie de tormentas eléctricas poco organizadas, se intensificó gracias a la inusual potencia del fenómeno estacional de El Niño, y en menos de diez horas, se coronó como la femme fatale de todas las tormentas en su carácter de “sistema tormentoso más potente y perverso del planeta”, según autoridades del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos y del Servicio Meteorológico Nacional de México. Pero Paty también es perfecta en otro sentido: es el susto meteorológico más grande de la historia con un saldo de víctimas humanas de cero (hasta ahora).

Quizás también, Patricia haya sido el milagro por el que rezaba nuestro querido Peña Nieto, pues le otorga al impopular presidente una oportunidad de redimirse declarando que la estrategia de alerta y prevención del gobierno funcionó de tal manera que evitó la perdida de cientos de miles de vidas que se encontraban vulnerables a lo que fue el “huracán más fuerte que haya conocido el hemisferio occidental”. Menudas suertes las que le trae Patricia.

Patricia se convierte en el presagio de las catástrofes naturales por venir a consecuencia del aumento de la temperatura global.

Por otro lado y en una escala más grande, Patricia se convierte en el presagio de las catástrofes naturales por venir a consecuencia del aumento de la temperatura global, que en años recientes se ha visto exacerbado con temperaturas récord en los océanos, porcentajes de albedo[1] bajísimos también récord, temperaturas récord en diversas regiones continentales, entre muchas otras banderas rojas de temperaturas. Casi en divina casualidad, en menos de dos meses todos los países miembros de las Naciones Unidas se reúnen en París para celebrar la 21o Cumbre de Cambio Climático para firmar, tras casi cinco años de planeación, el siguiente tratado internacional vinculante[2] de mitigación de cambio climático. Este acuerdo, auspiciado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), es el más ambicioso de toda la historia de la humanidad, pues se reescribe tras las enseñanzas que trajo el primer ejercicio de mitigación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel internacional, el famoso Protocolo de Kyoto.

Este año, los países se vuelven a unir; ahora con esperanzas de que dos de los países que más contribuyen a las emisiones de GEI y los únicos no signatorios de aquél acuerdo, China y los Estados Unidos, se unan y esta vez pongan la pauta de cuán ambiciosos deben de ser los países en sus metas de reducción de GEI.

El Protocolo de Kyoto, que inició en 1997 y finalizó su segundo periodo de vigencia en 2012, fue excepcional porque estableció principios para la mitigación de GEI a nivel global y logró que casi la totalidad de las naciones se comprometieran. De ahí que nacieran los mercados de carbono, que se establecieran fondos verdes para la conservación, que se canalizaran fondos para la innovación energías renovables, entre otros muchos esfuerzos revolucionarios. Pero como todo primer intento, fue un proceso de mucho aprendizaje, de prueba y error. Este año, los países se vuelven a unir; ahora con esperanzas de que dos de los países que más contribuyen a las emisiones de GEI y los únicos no signatorios de aquél acuerdo, China y los Estados Unidos, se unan y esta vez pongan la pauta de cuán ambiciosos deben de ser los países en sus metas de reducción de GEI. A este nuevo acuerdo se le está llamando “el Tratado de París”.

Patricia tuvo que tocar el continente americano, y en especial tuvo que tocar a México que de por sí se ha mostrado muy comprometido con los objetivos de los acuerdos de mitigación desde sus comienzos hasta el fin de la etapa de vigor. Esperemos que una alerta tan fuerte, que marcó récord y dejó exclusivamente daños materiales, ponga más peso a la balanza de compromisos a los que México y sobre todo los Estados Unidos se unan. La postura que tome este país va a marcar la pauta de comportamiento de muchas regiones del planeta. Bajo esta línea, el presidente Barack Obama se ha hecho popular entre la población estadounidense y en muchas regiones del mundo comportándose como vocero e impulsor de estrategias de reducción de GEI y a las industrias de energías renovables con su Climate Action Plan. México por su parte ha sido instrumental en la creación del Fondo Verde para el Clima (GCF por sus siglas en inglés) y en la búsqueda de soluciones alternas y complementarias al próximo Tratado de París como el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para la Reducción de Emisiones provenientes de deforestación y degradación de los bosques (ONU REDD), entre otros esfuerzos.

De entre los estragos que nos trae Patricia, que sin duda no habremos de menospreciar, existe la esperanza de que un susto como éste vaya a ser benéfico a la hora de firmar con pluma los compromisos de reducción de GEI en las mesas de París.

Así que de entre los estragos que nos trae Patricia, que sin duda no habremos de menospreciar, existe la esperanza de que un susto como éste vaya a ser benéfico a la hora de firmar con pluma los compromisos de reducción de GEI en las mesas de París. Esperemos estos récords den la pauta para que por fin haya un cambio drástico en el paradigma internacional hacia la sustentabilidad. Gracias Paty, por ser la Tormenta Perfecta.

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1 El albedo es el porcentaje de radiación solar que “rebotan” las superficies de la tierra. En los últimos años, a medida que se reduce la capa de hielo polar durante los veranos (siendo el hielo la superficie de la tierra con albedo más alto) el porcentaje de luz solar reflejada ha disminuido, calentando aún más la superficie terrestre.
2 Vinculante: que otorga responsabilidades cuyo incumplimiento trae consecuencias legales a los países.

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