Federación entra a caso de feminicidio de Mariana ante irregularidades

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Esta mañana, la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, dijo que la federación trabajará en la investigación del caso de Mariana Sánchez, la médica asesinada en Chiapas, luego de que se han encontrado varias irregularidades, entre ellas, que la joven pasante había pedido su cambio de adscripción por sufrir amenazas. 

Sánchez Cordero llamó en conferencia de prensa matutina a sancionar conductas irregulares y presuntamente constitutivas de delito, privilegiando la presunción de inocencia. Además hizo un llamado para que los pasantes de medicina sean bien recibidos en las comunidades ya que “están cumpliendo una labor importantísima”.

Aseguró que estos hechos serán un antes y un después para que las autoridades hagan un seguimiento muy puntual de los estudiantes que realizan su trabajo social y estén en condiciones cómodas y posibles.

Con información de Zócalo

Ser médico hoy

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Hace algunos años, el ejercicio de la medicina en nuestro país estaba asociado con prosperidad económica. Los médicos formaban parte, en su gran mayoría, de una clase socioeconómica media-alta. El haberse graduado de una escuela de medicina proporcionaba el acceso a un “status” no sólo en lo económico, sino que también socialmente se escalaba a un mejor nivel.

Para las familias era un orgullo que uno de sus hijos quisiera dedicarse a la profesión médica, pues el médico era una persona muy valorada y apreciada dentro de su comunidad, de alguna manera era una forma de recompensar los grandes sacrificios que se enfrentan durante los años de la formación y del ejercicio profesional.

Las cosas han cambiado mucho en nuestro país, las condiciones laborales y la dificultad para ejercer la profesión han aumentado, ha aumentado también la exigencia de parte de la población hacia el médico. Cada vez es más difícil ejercer la profesión y vivir dignamente del trabajo. Los requisitos académicos y laborales cada vez son más estrictos, esto aunado a la persecución fiscal por parte del gobierno han vuelto un verdadero martirio el ejercicio de la práctica médica en México. Me propongo escribir una serie de artículos para explicar la situación, en este artículo intentaré describir brevemente algunos de los problemas que enfrentan los médicos durante su formación.

Cada vez es más difícil ejercer la profesión y vivir dignamente del trabajo. Los requisitos académicos y laborales cada vez son más estrictos, esto aunado a la persecución fiscal por parte del gobierno han vuelto un verdadero martirio el ejercicio de la práctica médica en México.

Dejando a un lado los 6 años de formación en la carrera, que incluyen el cambiar todos los hábitos de estudio, familiarizarse con terminología técnica, soportar a algunos profesores frustrados que descargan sus complejos con los estudiantes, adquirir libros de texto con costos de $2,000.00 pesos en promedio para cada una de sus materias, volverse expertos en descifrar los exámenes más antipedagógicos posibles, depender económicamente de la familia obligadamente por este período, trasladarse con sus propios medios a los hospitales y el estar dispuestos a soportar el trato despótico de médicos externos y residentes, entre muchas otras lindezas.

El último año de la carrera (365 días completos, el llamado: Internado Rotatorio de Pregrado) se cursa en un hospital, realizando guardias de 36 horas consecutivas cada 3 días (los días intermedios también se trabajan), atendiendo pacientes todo el turno, realizando además toda la papelería y tramitología burocrática imaginable y cumpliendo con horarios estrictos. Cabe destacar que en la mayoría de los casos los médicos no cuentan con áreas de descanso y los servicios de comedor tienen horarios rígidos (si tuviste algún paciente o urgencia a la hora de la comida o cena, pues ni modo el comedor se cierra).

Al terminar los 6 años de estudio, el médico está obligado a prestar un año de Servicio Social, este año como ya se dijo es obligatorio y requisito indispensable para obtener el título. El servicio social, en la mayoría de los casos, representa trasladarse a vivir un año a una comunidad (ciudad pequeña, pueblo o ejido) a desempeñarse como médico y a realizar otras tareas sanitarias (como: vacunar perros, inspeccionar casas, realizar reportes epidemiológicos, promocionar las campañas de salud, dar pláticas en las escuelas y dar apoyo a las autoridades locales en caso necesario. A simple vista es una gran experiencia pero, el salario es simbólico y no incluye apoyo para los traslados.

El último año de la carrera (365 días completos, el llamado: Internado Rotatorio de Pregrado) se cursa en un hospital, realizando guardias de 36 horas consecutivas cada 3 días (los días intermedios también se trabajan), atendiendo pacientes todo el turno, realizando además toda la papelería y tramitología burocrática imaginable y cumpliendo con horarios estrictos.

Uno de mis exalumnos me contó el año pasado que, él tuvo que renunciar por 6 meses a su servicio social porque: la comunidad en el sur del estado que le tocó cubrir se encontraba a varios kilómetros de la entrada de la carretera y, para llegar desde la carretera hasta ese ejido las camionetas que dan servicio de transporte le cobraban $ 1,400.00 pesos cada viaje, o sea $2,800.00 cada semana, que era más de lo que él ganaba al mes.

Este año de servicio social, además de costoso en términos económicos, es un año en el que se corren riesgos para la integridad de los médicos, en particular para las mujeres. Lamentablemente no es raro saber que una doctora sea acosada sexualmente durante este año, en algunos casos incluso ha habido ataques sexuales graves en contra de doctoras que prestan su servicio social en condiciones de inseguridad.

A pesar del humanismo de nuestra profesión, generalmente las autoridades de salud desprotegen a los médicos pasantes, no sólo no les brindan condiciones de seguridad sino que culpabilizan a las víctimas. En el año 1995 supe de varios casos de acoso sexual grave y todas las compañeras recibieron la misma respuesta por parte del jefe de enseñanza de SSA. La respuesta era: “Ustedes tienen la culpa, si no quieren tener problemas procuren no provocar a los hombres, procuren no vestirse provocativamente”, yo personalmente escuché al Doctor decirle esto a una compañera que denunciaba acoso sexual y amenazas. La misoginia y violencia de género eran parte de la política de salud, lamentablemente. Los médicos pasantes estábamos obligados a aguantar porque si no lo hacías, simplemente no te liberaban el servicio social y no podías tramitar tu título y cédula.

Por razones de espacio esta columna se realizará en varias partes, la próxima semana continuaremos con este tema, muchas gracias.

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