La crisis de vivienda en en España ha llevado a miles de personas a quedarse sin hogar. Este sábado, la movilización en defensa del derecho a una vivienda digna reunió en Madrid a más de 15.000 manifestantes, de acuerdo con la Delegación del Gobierno -aunque los organizadores aseguran que fueron más de 100.000-.
Entre las principales razones detrás de esta convocatoria en alrededor de 40 ciudades del país se encuentran el encarecimiento de los precios y los alquileres, las dificultades para acceder a una vivienda, el incremento de pisos turísticos, los contratos de corta duración y los desahucios.
La marcha estuvo encabezada por una pancarta con el lema: “Acabemos con el negocio de la vivienda”. Con ese objetivo, el Sindicato de Inquilinas, uno de los grupos organizadores, ha planteado una medida de presión concreta: una huelga de alquileres.
Esta iniciativa, que ya ha comenzado a aplicarse en algunas comunidades vecinales en Madrid y Cataluña, consiste en dejar de pagar la renta con la intención de “la bajada de un 50% de los alquileres de forma inmediata” y promover los “contratos indefinidos”, que limiten la capacidad del propietario para desalojar al inquilino si este desea continuar en la vivienda.
Desde el sindicato han dejado clara su postura respecto a estas demandas: “Si no se decretan por ley, entonces lo haremos nosotros a través de nuestras herramientas de lucha”, indicaron mediante un comunicado emitido a primera hora del día.
En los días previos a las protestas, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) confirmó que la vivienda se ha convertido en el tema que más inquieta a la población española. Según el barómetro mensual del organismo, por cuarto mes consecutivo, este problema encabeza el listado de preocupaciones ciudadanas, seguido por la crisis económica y el desempleo.
Entre las causas identificadas de la actual crisis habitacional figuran la falta de equilibrio entre oferta y demanda, el aumento del coste de venta y alquiler, y la especulación dentro del sector inmobiliario.
En la actualidad, en España se construyen alrededor de 90.000 viviendas anualmente, mientras que se crean unos 250.000 nuevos hogares -una gran parte conformados por migrantes latinoamericanos-. Esta brecha ha generado, según el Banco de España, un déficit de aproximadamente 600.000 viviendas.