El gobierno de Boris Johnson ha lanzado este jueves una carga de profundidad en contra del gobierno de Vladímir Putin en Rusia con una doble acusación. El gobierno del país europeo junto con Estados Unidos y Canadá han emitido un comunicado conjunto en el que acusan a espías rusos de intentar usurpar la propiedad intelectual de los laboratorios y universidades que trabajan en el desarrollo de una vacuna contra el coronavirus.
“Es completamente inaceptable que los servicios de inteligencia de Rusia tengan como objetivo a aquellos que intentan combatir la pandemia del coronavirus. El Reino Unido seguirá respondiendo a estos ciberataques y trabajará con sus aliados para que los culpables de estos actos respondan ante la justicia“, ha dicho el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab.
Se acusa al grupo conocido como APT29, “parte del espionaje ruso con una certeza del 95%“, de haber emprendido una serie de ataques informáticos, a partir de febrero, dirigidos a las instalaciones que desarrollan la investigación sobre una posible vacuna frente al COVID-19. Se cree que tanto la Universidad de Oxford como el Imperial College de Londres han sido parte de los objetivos.
Este grupo, quienes también son conocidos coloquialmente como The Dukes o Cozy Bear, mantiene su actividad desde hace años, a ellos se les ha atribuido ataques en contra del Partido Demócrata estadounidense durante las elecciones presidenciales del 2016. Los servicios de inteligencia los conectan con el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), bajo jurisdicción directa del presidente Putin.
Por su parte, el Centro Nacional para la Ciberseguridad británico (NCSC, por sus siglas en inglés) no ha querido revelar la cantidad de ataques, ni si han tenido éxito, pero indica que el propósito iba encaminado más bien a la obtención de información sobre el avance de las investigaciones que al boicot de trabajos.
Más ataques de hackers
Raab también ha desvelado que el Gobierno ha iniciado investigaciones sobre la injerencia de estos actores rusos en la campaña de las elecciones generales de 2019. Les acusa de filtrar documentos reservados sobre las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y Estados Unidos que acabaron publicados en Internet y utilizados como arma electoral por la oposición laborista.
“Sobre la base de un extenso análisis, el Gobierno ha llegado a la conclusión de que es prácticamente cierto que actores rusos buscaron interferir en las elecciones generales de 2019 a través de la difusión amplificada online de documentos gubernamentales adquiridos ilegalmente y posteriormente filtrados“, ha dicho el ministro en un documento remitido a la Cámara de los Comunes.
La información hecha pública por Raab forma parte de un extenso informe como se menciona anteriormente que tiene como tema las injerencias de Rusia en el Reino Unido, una investigación que trabajó durante más de dos años la Comisión de Inteligencia y Seguridad del Parlamento británico, y cuya publicación, prevista para los próximos días, fue bloqueada por el Gobierno de Johnson justo antes de la celebración de las elecciones el pasado diciembre.
Con información de El País