Imaginemos un vecindario en el que todos los años y todos los días se queman varias casas, resultando en vecinos heridos y también muertos, con considerable daño patrimonial. Imaginemos también que no hacemos nada, salvo confiar en que tu casa no se incendiará, a menos que la del vecino lo haga y prenda fuego a la tuya, lo cual también es muy probable que suceda alguna vez en tu vida, porque tus amigos y tus familiares han sufrido de estos incendios. ¿Es lógico este comportamiento de apatía?
Y sin embargo así es la situación con los incidentes de tráfico, por absurdo que parezca cada año mueren en México más de 20,000 personas en hechos (incidentes) de tráfico. Mientras lees este artículo alguien estará sufriendo por una colisión o atropello, perderá su capacidad de caminar, de trabajar, de estudiar, y si tardas lo suficiente, en la siguiente media hora morirá una persona, todas ellas víctimas de la violencia vial.
Cada año mueren en México más de 20,000 personas en hechos (incidentes) de tráfico.
Y mientras dedicamos nuestra atención, nuestra energía y recursos, nuestros policías y soldados a combatir al crimen organizado, todo un aparato de cientos de miles de personas y miles de millones de pesos de presupuesto, el esfuerzo que hacemos para combatir la plaga social de los hechos de tránsito duerme el sueño de los justos, con la cobija de nuestra indiferencia. Nos hemos acostumbrado a la noticia de una tragedia diaria que consideramos casi “natural”, una especie de juego de ruleta rusa en la que esperas que el revolver dispare su única bala en la sien de nuestro vecino, no en la nuestra. Quizá. Hasta que te sucede a tí, a tu familia, a tu amigo.
La Organización Mundial de la Salud considera que lesiones resultado de tráfico en la vialidad es el mayor problema público que requiere esfuerzos concertados para su prevención efectiva y sostenible. El tráfico es el sistema de mayor complejidad y peligro entre los que los humanos nos enfrentamos cada día. En el mundo entero, cada año mueren un estimado de más de 1.2 millones de personas y se originan más de 50 millones de lesionados, con proyecciones de que se incremente un 65% en los siguientes 20 años a menos que nos comprometamos y actuemos para prevenirlo. Sin embargo, los titulares pocas veces anuncian esta tragedia humana en primera plana, los noticieros lo reportan como si fuera un dato de vicio u ofenda que molesta, acerca del cual no se puede hacer nada para evitarlo.
Nosotros en MovAC creemos que son tres los ejes por los cuales circula la seguridad vial: educación vial; el segundo es la infraestructura; y el tercero, las leyes y reglamentos.
Pero hay un escenario optimista, justificadamente. La violencia vial es corregible implementando medias apropiadas. Nosotros en MovAC creemos que son tres los ejes por los cuales circula la seguridad vial: educación vial; el segundo es la infraestructura; y el tercero, las leyes y reglamentos. El primero es conocer las reglas de una vialidad segura, para educarnos en su cumplimiento. Aquí sorprende que NO hay instrucción en Seguridad Vial en ninguna escuela del país, muy poca en la otorgación de una licencia de conducir y de dudosa eficiencia la que los agentes de tránsito poseen. En infraestructura es obvia y notoria la falta de cebras peatonales, semáforos funcionales y suficientes, alumbramiento adecuado, señalamientos de velocidad, de direcciones y de peligro, y un largo etcétera. La ley de Pareto parece tener efecto en los incidentes viales, el 80 por ciento de los mismos ocurren en el 20 por ciento de los mismos lugares comunes; por ello, se podría avanzar mucho en seguridad vial prestando atención a ese 20 por ciento conflictivo. Por último, leyes y reglamentos sencillos, pedagógicamente organizados, y muy importante: que se cumplan.
Después de decenas de años de ignorar el problema, tenemos ahora en Nuevo León la oportunidad de corregirlo con los programas “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” y “Gober, ¿Cómo Vamos?” de la sociedad civil, que Gobernador y alcaldes electos han firmado, comprometiéndose a reducir este flagelo. MovAC AC está construyendo en colaboración con otras ONGs un Observatorio o Semáforo Vial para medir y evaluar estadísticas de hechos de tráfico, para proponer soluciones que reportarán beneficios inmediatos a tí, a tu familia y amigos, a la sociedad en general. Necesitamos tu apoyo para demandar que las autoridades encargadas de nuestra seguridad incluyan a la Seguridad Vial como prioridad inmediata.
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