Reino Unido, Canadá, Australia y Portugal reconocieron formalmente a Palestina como estado, un movimiento que intensifica la presión sobre Israel y divide a sus aliados internacionales. Esta decisión se dio antes de la Asamblea General de la ONU, con Francia sumándose a la postura.
El gesto simbólico busca reavivar la esperanza en una solución de dos estados. Los líderes británico, canadiense y australiano insistieron en que esta es la única vía para una paz duradera, mientras critican la violencia en Gaza.
Israel rechazó el reconocimiento. El primer ministro Netanyahu afirmó que reconocer a Palestina solo recompensaría al terrorismo y reiteró que no se creará un estado palestino en la región.
En Reino Unido, el anuncio de Starmer se produjo tras la visita de Trump, lo que generó tensiones internas. La medida refleja la creciente presión pública y política por una postura más firme frente al conflicto.