La Taquería

La privatización del futuro: Las Afores

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Las reformas a la ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de 1997 y a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) crearon un cambio en la manera de cotizar para acceder al sistema de pensiones en México.

Las leyes del 1997 y 2007 introducen nuevos conceptos, entre algunos está el pago por negativa de pensión, las AFORES y el PENSIONISSSTE, que hace que los trabajadores que tengan que recibir una pensión por riesgo de trabajo e invalidez, después de 1997, tengan que pensionarse por esa ley y no por la ley de 1973. Además de que en el caso de los trabajadores que cotizan ante el IMSS se aumentó de 500 a 1500 semanas el mínimo requisito para acceder a algo.

La nueva ley genera menos dinero para los trabajadores en general, haciendo que a lo mucho un trabajador se lleve por más-menos del 30% del último salario percibido.

En general, la nueva ley genera menos dinero para los trabajadores en general, haciendo que a lo mucho un trabajador se lleve por más-menos del 30% del último salario percibido. Además, hace que forzosamente tengan que ahorrar para mejorar su futura pensión, por supuesto, bajo el auspicio, control y manejo de las AFORES del dinero que el trabajador aporte.

Las AFORES (Administradoras de Fondos de Ahorro para el Retiro) surgen a partir de un concepto chileno de la época del dictador Pinochet de nombre (Asociación de Fondos para Pensiones) que se adapta en México en 1997 como respuesta a la inoperancia, ineficacia y constante malversación de fondos del IMSS en el manejo de los fondos de pensión para los trabajadores.

Desde 1992, el gobierno salinista con el SAR (Sistema de Ahorro para el Retiro) empezó con ese tipo de iniciativas privatizadoras deslindando al gobierno de manejar el sistema de pensiones para los trabajadores dejando este negocio lucrativo a operadoras privadas.

En general, en los primeros años y hasta hace poco, el negocio de las AFORES ha sido hacer a los clientes firmar para incorporarlos. Sin embargo, pocas prestan servicios donde el trabajador se vea favorecido realmente.

Las AFORES básicamente viven de los trabajadores al usar y reinvertir su dinero en diferentes instrumentos con tal de “aumentar” el capital al trabajador.

Las AFORES básicamente viven de los trabajadores al usar y reinvertir su dinero en diferentes instrumentos con tal de “aumentar” el capital al trabajador. Si bien es cierto, el trabajador si se ve favorecido con ese “aumento”, son pocos los que saben su realidad actual, lo que se hace con su dinero y la manera de incrementarlo.

En un país donde la educación financiera es una de las tantas que faltan en el trabajador promedio es difícil de esperar que el trabajador decida incrementar su posible pensión. Lo mismo pasa con las declaratorias de impuestos, manejos de créditos inmobiliarios y tarjetas de crédito.

Si las pensiones van a hacer manejadas por operadores privados, la Secretaría del Trabajo debería poner como curso obligatorio el tema de pensiones y finanzas personales en el área de capacitación de las empresas.

Este negocio es muy redituable para los privados y para el gobierno que se quita una responsabilidad. Sin embargo, el trabajador siempre sale perdiendo dejándolo a la deriva dándole una falsa creencia de tener la opción de elegir a la mejor operadora cuando en cuanto a rendimientos casi todas ofrecen lo mismo o dejarlo sin elegir alguna institución provocando que sus recursos no registren incrementos y se vuelvan raquíticos para acceder a una pensión.

La cultura financiera y de la previsión nunca ha sido parte del mexicano y sin buscar justificar dicha ignorancia, tanto las instituciones y el gobierno tienen como obligación hacer que todos los trabajadores cuenten con la información básica necesaria sobre su panorama al futuro.

Foto fuente: http://mx.advfn.com/organismos-reguladores-del-sistema-financiero-mexicano/consar.png

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