#EspacioPúblico: “La magia de unas rayas en la calle”

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¿Quién debe proponer y ejecutar soluciones a un crucero peatonal complicado en la ciudad?

Si la propuesta la hacen los mismos peatones y la ejecución la realiza el municipio con la supervisión de los usuarios, el resultado puede ser extraordinario.

Para las organizaciones que trabajamos el tema urbano en la ciudad, la Semana de la movilidad era el momento de hacer actividades pero también era la oportunidad de gestionar con los municipios acciones que difícilmente lograríamos sin su colaboración.

Por esa razón invitamos al municipio de Monterrey a ser parte de un ejercicio de urbanismo táctico en unos de los cruceros más conflictivos para los peatones de la ciudad: Simón Bolívar y Moisés Sáenz en la colonia Mitras Centro.

Por urbanismo táctico nos referimos a proyectos de pequeña escala, bajo costo y a menudo temporales para mejorar un barrio, una intersección o una calle.

Lo importante era lograr que un proyecto surgido de la sociedad civil involucrara al municipio para su realización y sirviera de referencia y análisis para una futura ejecución permanente. Y así fue.

Con ayuda de elementos móviles se ampliaron y se definieron banquetas obstruidas y ocupadas por autos mal estacionados, se aplicaron multas simbólicas a malas prácticas viales, pero el mejor resultado inmediato surgió con lo más sencillo: Pintar los pasos cebra sobre las líneas de deseo marcadas por peatones.

Una noche antes de la intervención de calles, se pintaron los cruces peatonales de acuerdo a la sugerencia que hicimos basándonos en que es un mito que los cruces peatonales siempre deben ser en la esquina. Se pintaron donde veíamos que la gente buscaba su seguridad, en donde se hacían más cortos sus recorridos y no se provocaban conflictos con autos.

El día de la intervención era notoria la diferencia. Los autos se paraban al ver los cruces peatonales marcados. Pensamos que se debía a la presencia de agentes de tránsito que estaban apoyando el evento pero fuimos unos días después al crucero y ya sin personal del tránsito los autos seguían respetando los pasos cebra, los peatones los buscaban y la calle dejo de ser un caos.  Unas rayas pintadas en la calle hicieron la magia urbana. 

Es frecuente escuchar que en la ciudad no se tiene cultura vial, pero eso es como culpar de falta de cultura general al que no ha tenido acceso a un libro.

Para llegar a tener una buena cultura urbana hay que leer la ciudad.

Su historia se cuenta en su señalética, sus pasos cebra, sus semáforos, la nomenclatura de sus calles y el reglamento de tránsito, entre otros.

El ejercicio que hicimos pintando los cruces peatonales fue nuestra pequeña aportación al libro de ciudad que quizás hoy está incompleto, le faltan palabra y algunos capítulos, pero que todos podemos ayudar a escribir.

Aún así, incompleto, hoy se puede entender y hacer cultura siempre y cuando se empiece por lo básico: leer.

Leer hace magia.

Al Filo de la Mesa: “Tacos El Samuray”

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Originalmente publicado en: http://filodelamesa.blogspot.mx/2016/02/tacos-el-samuray.html

Moisés Sáenz, entre Casas Grandes y Av. Paseo de los Leones; Col. Mitras Centro, Monterrey

Precios: baratos (con menos de 100 pesos comes)

Para los seres trasnochados, se agradecen unos buenos tacos de trompo, rebanados por la espada de este samuray (con y griega).

Tacos El Samuray, abierto hasta las 5:00 am, además de trompo sirve bistek, mollejas, suadero, gringas, piratas, campechanas y papas asadas. Si pides una orden de tacos, te incluyen unos frijolitos a la charra de cortesía.

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Traíamos hambre, veníamos tarde luego de un concierto en el que hubo alcohol de por medio, así que nos alivianamos con dos clásicas campechanas (38 pesos c/u) en tortilla de harina no gigante pero sí de muy buen tamaño, con su trompito y bistek al punto.

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(Por cierto, supieron a gloria luego de una mala experiencia en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, con una anti-campechana toda quemada. ¡Pecado!).

Agregamos un taco de suadero con queso (30 pesos), igual en harina. Muy sabroso, ya lo he dicho antes, el suadero es como el bistek, pero mejor. Una vez que lo pruebas no hay marcha atrás.

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Los aderezamos con las salsas que ofrecen: la de aguacate picosa, muy buena, la clásica verde, y la roja que si bien no pica está bastante rica, te deja un sabor diferente y agradable (¿canela, orégano… café? Quizá nunca lo sabremos).

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Por recomendación nos aventamos también una papa asada especial (60 pesos), que lleva bistek y queso asadero. La hacen puré y te la sirven en un plato hondo, con muchísima mantequilla que, aunque es obvio que de ahí no saldrá nada bueno para tu salud, es terriblemente adictiva. Pasamos del “no creo acabármela” al “¿ya tan rápido?”.

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¿Volveríamos? Por supuesto, es excelente opción para taquear de noche para la raza del Poniente, muy buena atención, precios y lo más importante: sabor. Nomás aguas con meterse al local de la competencia, que puso sus tacos justo al lado, nosotros por poco y nos vamos con la finta.

Ahora sí que la espada del Samuray nos dejó… al filo de la mesa.

¡Hasta el próximo corte!…