La científica mexicana Mónica Olvera de la Cruz y su colega Baofu Qiao, ambos investigadores de la Universidad de Northwestern, descubrieron una nueva vulnerabilidad en la proteína espiga del nuevo coronavirus, que abre la puerta para un tratamiento potencialmente simple.
El hallazgo podría conducir a un tratamiento contra la enfermedad del COVID-19.
Los científicos informaron que la proteína espiga del SARS-CoV-2 (virus que provoca el COVID-19) juega un papel crucial en el contagio. Es la responsable de la entrada en las células huésped y posibilita que el virus ingrese e infecte al cuerpo de las personas, señala el estudio publicado el pasado 2 de agosto en la revista ACS Nano, de la Sociedad Estadounidense de Química.
Los expertos señalaron que el SARS-CoV-2 cuenta con una proteína llamada ‘spike’, que es la responsable de engancharse a la célula que infecta al cuerpo del ser humano.
“Nuestro trabajo indica que bloquear este sitio de escisión puede actuar como un tratamiento profiláctico viable que disminuye la capacidad del virus para infectar a los seres humanos”, explicó Mónica Olvera, quien encabeza la investigación, en una entrevista para a la revista científica Phys.
“Nuestros resultados explican los estudios experimentales que muestran que las mutaciones de la proteína espiga del SARS-CoV-2 afectaron la transmisibilidad del virus”, aseguró la científica mexicana.
Con los datos de su investigación, Mónica Olvera de la Cruz y Baofu Qia pretenden asociarse con químicos y farmacólogos de la Universidad de Northwestern para diseñar un nuevo fármaco que sea capaz de contener los contagios del nuevo coronavirus.
(Con Información de El Financiero)