Por lo menos 2,000 migrantes de origen venezolano han arribado a la Central de Autobuses de Monterrey, luego de que el Instituto de Migración desviara a 60 camiones de su destino original.
Los migrantes tenían como objetivo llegar a Piedras Negras y Ciudad Acuña para posteriormente poder dirigirse a territorio estadounidense, sin embargo, testimonios explican que fueron interceptados por autoridades al momento en que se encontraban en Saltillo, y los obligaron a dirigirse a Nuevo León.
La mayoría de los migrantes cuenta con un carnet que los permite legalmente estar un mes en México, sin embargo, aseguran que los policías, además de proveerles robos y extorsiones, los retienen con el objetivo de que el permiso llegue a su vencimiento.
Personal de Derechos Humanos permanece en el lugar, pues no se les permite a los migrantes la devolución del dinero de sus pasajes ni vender otros boletos para continuar con su travesía.