Hospitales de todo Estados Unidos están tomando cada vez más la decisión extraordinaria de permitir a los enfermeros y a otros trabajadores contagiados de COVID-19 permanecer en el trabajo si presentan síntomas leves o ninguno.
La medida es una reacción a la falta severa de personal en hospitales y la cantidad apabullante de casos que la variante ómicron del coronavirus está causando.
Las autoridades de salud de California anunciaron el fin de semana que el personal de hospitales que dé positivo, pero sea asintomático, puede seguir laborando. Algunos hospitales de Rhode Island y Arizona han informado igualmente a los empleados que pueden seguir en el trabajo si no presentan síntomas o sólo los tienen leves.
La variante ómicron altamente contagiosa ha disparado los casos nuevos de COVID-19 en Estados Unidos por arriba de 700,000 diarios en promedio, rebasando el récord establecido hace un año. El número de estadounidenses hospitalizados por el virus ronda los 108,000, apenas debajo del pico de 124,000 registrado en enero del año pasado.
Muchos hospitales no sólo están saturados de casos sino que lidian con una escasez severa de personal debido a que muchos empleados presentan COVID-19.
Se ha visto también que la variante ómicron parece estar causando una enfermedad menos intensa que la delta.
El mes pasado, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) indicaron que los trabajadores sanitarios que no presentan síntomas pueden volver al trabajo después de siete días tras efectuarse una prueba diagnóstica negativa, pero que el periodo de cuarentena puede reducirse aún más si hay escasez de personal.
La semana pasada, Francia anunció que estaba permitiendo que los trabajadores de atención sanitaria con síntomas leves o asintomáticos sigan atendiendo a pacientes en lugar de aislarse.
En el área de Phoenix, Dignity Health, un amplio operador de hospitales, envió un memo al personal indicando que aquellos que estén contagiados con el virus y que se sientan lo suficientemente bien para trabajar podían solicitar un permiso de sus gerentes para volver a atender a los pacientes.
En California, el Departamento de Salud Pública informó que la nueva política fue establecida ante la “escasez crítica de personal”. Le pidió a los hospitales hacer todos los intentos posibles para llenar los huecos trayendo a empleados de agencias de personal externas.