La Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró diferentes irregularidades en la operación del programa social Jóvenes Construyendo el Futuro que incluye un probable daño patrimonial por 57 millones de pesos, centros de trabajo fantasmas, pagos a benenficiarios ya fallecidos y a beneficiarios que reciben doble beca por estar inscritos al mismo tiempo en otro programa.
En el tercer paquetes de informes de la revisión de la Cuenta Pública 2019, la ASF difundió los resultados de una auditoría de desempeño forense practicada al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.
Cabe mencionar que las auditorías forenses pueden considerarse las más rigurosas porque consisten en “la aplicación de una metodología de fiscalización que conlleva la revisión rigurosa y pormenorizada de proceso, hechos y evidencias, con el propósito de documentar la existencia de un presunto acto irregular”.
“Dada la importancia, relevancia e impacto que tiene la inclusión de los jóvenes al ámbito social y laboral, se determinó llevar a cabo la presente auditoría forense al Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, para verificar el correcto ejercicio y aplicación de los recursos para el objeto al que fueron autorizados”, argumentó la ASF.
La dependencia detalló que se encontraron irregularidades como un probable daño patrimonial por 57 millones 90 mil 400 pesos, de los cuales, más de 48 millones corresponden a pagos realizados a 3 mil 188 beneficiarios que, según las reglas, no debían estar trabajando ni estudiando para ser parte de este programa.
La auditoría encontró que “estos beneficiarios también recibieron en los mismos periodos apoyo del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro Apoyos del Sector Educativo de la Secretaría de Educación Pública, cuyo propósito es contribuir al bienestar social e igualdad mediante el otorgamiento de becas para la permanencia y terminación escolar de las y los estudiantes en instituciones de Educación Superior”.
Por otro lado, la ASF identificó 183 beneficiario del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que recibieron el importe de 2.5 millones de pesos, percibieron a su vez, en los mismos periodos de tiempo durante el ejercicio 2019, apoyo del Programa de Apoyo a la Educación Indígena operado por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, programa que busca contribuir a la permanencias, desarrollo y conclusión del grado y nivel académico de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes estudiantes, de 5 a 29 años, pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas y afroamericanas, inscritos en escuelas públicas de los niveles, básico, medio superior, superior y maestría.
Por lo tanto, la ASF concluyó que dicho programa no cuenta con mecanismos de control y procedimientos para validar y constatar la información y documentación plasmada y adjuntada en la Plataforma Digital del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro por parte de los aspirantes y beneficiarios del Programa, así como de quienes participaron como Centro de Trabajo.
Además, la ASF encontró que 68 beneficiarios recibieron pagos de la beca en sus cuentas bancarias posteriores a su fecha de fallecimiento por un importe total de 482 mil 400 pesos.
En lo que respecto a los centros de trabajo revisados, que forman parte de la muestra, en donde se supone que imparte la capacitación a los beneficiarios, estaban abandonados y otros centros de trabajo no presentaron la documentación justificativa y comprobatoria que soporte la capacitación impartida, mientas que dos centro de trabajo, por medio de sus Representantes Legales, señalaron no haberse registrado en el Programa.
Por último, la ASF concluyó que el manejo que se hace de los recursos públicos federales en ese programa “no asegura las mejores condiciones de economía, transparencia, eficiencia, eficacia y honradez al Estado”.
(Con información de Milenio)