La Taquería

Mandada pero no Afectada, un Privilegio

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No tener que invertir un sólo pensamiento en determinado problema es la definición de privilegio.

Yo soy una persona privilegiada. No tengo que preocuparme de que el Bronco, quien este mismo domingo entró al palacio de gobierno, no invierta inmediatamente en infraestructura para el transporte público, pues me manejo en un automóvil privado. No tengo que averiguar cómo hacerle para pagar la tenencia que probablemente no se retire para aliviar el escalofriante déficit presupuestal del estado. Entre otras muchas cosas, mi colonia tiene luz, agua, gas, servicio de telefonía e internet y un guardia de seguridad privado, jamás he sido víctima de acoso ni discriminación, no vivo en medio de una red de crimen que me atrape ni me limite, desde que gozo de sueldo he podido cumplir con mis obligaciones fiscales, gozo de buena salud y cuento con un seguro privado, recibí una educación privilegiada y no tuve que trabajar por ella, el estado no ha violentado contra mí… ¿Qué demonios necesito yo de mi gobierno?

¿Qué demonios necesito yo de mi gobierno?

Es por esto, por mis estudios pseudo-políticos y por el razonamiento empírico que de nuestro nuevo gobernador, que yo no espero nada. Ni si quiera tuve la oportunidad de votar por él, ni por nadie; ya que en esas fechas me encontraba fuera del país. Últimamente, sin embargo, he estado observando al Bronco con más detenimiento. Me he informado más sobre su historia y he estado presente en por lo menos dos eventos en los que él dio una charla. También tuve la oportunidad de hacerle una pregunta personalmente, hablar con él cara a cara.

He visto como en tan sólo media hora se come a un público de centenares de personas y lo escupe a todos embelesados con su figura. He visto a mujeres llorar tras haber visto un documental en su nombre, diciéndole que su sufrimiento es ejemplo para todo el pueblo. Este hombre no es un caballo, es un encantador de serpientes… y patos, y ranas, y perros, y gatos. Este hombre lo han nombrado mártir, profeta, héroe independiente. Tal vez sea eso precisamente lo que necesitemos, pero definitivamente no se trata de un despertar de los neoleoneses hartos de los mismos partidos políticos por 88 años.

Tal vez sea eso precisamente lo que necesitemos, pero definitivamente no se trata de un despertar de los neoleoneses hartos de los mismos partidos políticos por 88 años.

Creo más bien que el Bronco, con sus recios aires de héroe, es una persona que inteligentemente ha sabido conquistar con su encanto del macho ranchero. ¿Por qué nos sentimos orgullosos de esto?

Concluyo que a este, mi nuevo gobernador, yo no lo comprendo, y lo que es más importante, no le creo nada. No sé ni desde dónde comenzar a analizar lo que viene, tal vez porque no tengo una necesidad urgente, o tal vez porque lo he visto de cerca y sólo veo su habilidad para la faramalla. Pero una figura de autoridad como él, con un historial de trabajo en lo que es el partido más tirano de México, el que en todo México, las elecciones de medio término no hayan desbancado al PRI como la mayoría, el que como gobernador de García haya librado tanta circunstancia de vida o muerte y que ha sufrido la pérdida de uno de sus hijos por lo que parece ser un involucramiento con la delincuencia no me da absolutamente ninguna pista que indique que puede hacer un trabajo inteligente. A mi gusto, el Bronco es un personaje circunstancial, su discurso y su proyecto ni son nuevos ni son brillantes, sólo apelan a lo que buscamos, honestidad tras un período de crisis de seguridad y un desorden presupuestal. Pero tal vez no sé nada, porque no soy tan tocada por el quehacer del gobernador.

Si acaso estoy equivocada, y en efecto se trata de un personaje que reescribirá la historia de nuestro estado, entonces espero que el gobernador trabaje en las cosas “burguesas”, cosas que sólo los privilegiados (chiflados, si gustan) como yo, deseamos: políticas de transparencia, es decir, que se me explique a dónde van mis impuestos, de mitigación de los efectos del cambio climático, es decir, que se mejore el sistema de transporte colectivo que tanto se necesita. Lo que quiero decir es que, aunque no me afecte directamente, los deseos que yo tengo para este nuevo período son los mismos que todos queremos, y por mi parte, estaré observando a este encantador de serpientes.

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