Se dice “Globos de Oro”

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Pasado un año, y en una fecha por demás estratégica para la industria del cine, Alejandro González Iñárritu vuelve a ser noticia mundial tras su reconocimiento por la película The Revenant, galardonado con las preseas a “Mejor película (drama)” y “Mejor director”. Además de esto, se cosecha el éxito de Gael García Bernal, merecedor del premio “Mejor actor (comedia)” por su participación en Mozart in the Jungle y quien se consagra poco a poco gracias a su versatilidad.

El éxito de Birdman y Gravity también nos recuerda la trascendencia que, aunque a paso lento, los mexicanos van teniendo en el cine internacional, haciéndose presentes en uno de los eventos más cerrados —pero a la vez más populares— de esta industria.

En retrospectiva, el éxito de Birdman y Gravity también nos recuerda la trascendencia que, aunque a paso lento, los mexicanos van teniendo en el cine internacional, haciéndose presentes en uno de los eventos más cerrados —pero a la vez más populares— de esta industria. Gracias a películas como Amores Perros, Biutiful, El laberinto del Fauno y otras, Hollywood se acostumbra a hablar en español, y es que no podemos olvidar el discurso de Iñárritu respecto al gobierno mexicano, fomentando al surgimiento de una sociedad activa luego de los eventos relacionados a la conmoción nacional por la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la comunidad de Ayotzniapa.

Gracias a películas como Amores Perros, Biutiful, El laberinto del Fauno y otras, Hollywood se acostumbra a hablar en español.

En esta ocasión, los mexicanos no se pronunciaron ante la noticia nacional del momento —la recaptura de El Chapo—, pero eso no significa que no haya llegado a la ceremonia. Durante el opening de la ceremonia, el director Ricky Geravis hizo alusión a la entrevista que Sean Penn sostuvo con el narcotraficante durante el periodo en el que se encontraba prófugo de la justicia mexicana. “Voy a hacer este monólogo y luego me voy a esconder. Ni Sean Penn me va a poder encontrar”, dijo durante su intervención al comenzar el evento.

Este comentario es equiparable con el del mismo Penn cuando llamó “hijo de puta” a Iñárritu en plena ceremonia de los Oscar en 2015 que se vio vista por los distintos reclamos en temas como el género, la raza y los sentimientos xenófobos y nacionalistas. Afortunadamente, los comentarios sarcásticos y el humor negro no han causado revuelo en México, pues la discordia ahora gira en torno Caitlyn Jenner, quien también fue agraviada por su condición transgénero.

¿Por qué ahora no existe un clima de indignación ante esta referencia? ¿A caso es el tema de la entrevista de El Chapo para Rolling Stone lo que más nos tiene inconformes? ¿O seguimos creyendo que esto se trata de una cortina de humo? Cualquiera que sea la respuesta, lo cierto es que Guzmán Loera lentamente se convierte en tema atractivo, tanto que ya existen varias propuestas para hacer un filme basado en la vida del narcotraficante. Hablar de él es hablar del sistema político mexicano, de la corrupción y falta de profesionalización de nuestras cárceles, y de lo fantástico —con connotación de “fantasía” y no de “excepcional”— que puede llegar a ser nuestro país, donde la extradición apenas está llegando a la terminología de nuestros líderes en cuestión judicial para ser transformada en algo tangible.

Así como en estos últimos años hemos tenido la oportunidad de ver triunfar a nuestros cineastas, esperemos que sus logros no vengan acompañados de tragedias o noticias de alto impacto nacional. Vamos a demostrarle a Ricky Geravis que en México sí nos preocupamos temas de coyuntura y que no nos sentimos ofendidos únicamente por 15 minutos, como ya lo dijo en un tuit.

¡Corte… y queda!

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