Los adultos que fuimos niños o adolescentes antes de la década de los 90’s tenemos una idea de los peligros que se enfrentan durante la niñez muy diferente a la que tienen los jóvenes que nacieron después de esa década o bien vivieron su infancia o adolescencia en esos años.
La aparición del internet en nuestras vidas trajo consigo, sin duda, innumerables beneficios y comodidades a nuestras vidas. Aunque también acarreó una serie de problemas que nos fueron desconocidos durante nuestro crecimiento.
Los depredadores sexuales no son nuevos, a lo largo de la historia han existido y, de hecho, todas las generaciones anteriores a la aparición del internet recordamos las historias terroríficas con las que los adultos nos prevenían de un posible ataque. Los adultos nos hablaban del “viejo del costal” o de personajes similares, estas personas tenían en común que buscaban niños para “llevarse” con ellos y que los niños que secuestraban nunca más volvían a ver a sus padres.
El ritmo de la vida moderna ha ocasionado que la relación de padres e hijos se haya distanciado, los padres que se ven obligados a trabajar ambos para mantener el hogar disminuyen el tiempo de convivencia y vigilancia sobre sus hijos. Los niños muchas veces son ingresados a guarderías donde pasan la mayor parte del día, y de esta manera se debilita el lazo de comunicación con sus padres, en otros casos a los niños se les proporciona el acceso a las redes sociales y/o a videojuegos en los cuales pasan gran parte de su tiempo sin supervisión de los adultos.
Esta situación en la cual los niños navegan por el internet puede ser aprovechada por los depredadores sexuales para contactar a los menores que se encuentran vulnerables y puede tomar desprevenidos a los padres que, sin saberlo, tienen a sus hijos en una posición peligrosa aún dentro de su propio hogar.
Los depredadores frecuentemente se hacen pasar por niños y de esta manera logran hacerse amigos de los menores.
El grooming es una forma en que se manifiesta el acoso sexual a los menores, consiste en el acercamiento a ellos con el fin de ganarse su confianza y de esta manera lograr sus propósitos. El grooming, que podríamos traducirlo al español como acechar o engatusar, generalmente es un proceso gradual que puede llevar semanas o meses. Los depredadores frecuentemente se hacen pasar por niños y de esta manera logran hacerse amigos de los menores. Una vez que han establecido contacto con ellos, buscan la forma de conseguir intercambiar imágenes o videos donde los niños se muestren desnudos o en actividades comprometedoras para después chantajearlos y obligarlos a seguir enviando imágenes o videos con desnudos o material de contenido sexual. En algunos casos, y dependiendo de la cercanía entre el acosador y su víctima, también pueden obligarlos a tener encuentros personales para abusar sexualmente de ellos.
Es bien importante hacer notar que el contacto se puede dar tanto a través de chats en las redes sociales como a través de los videojuegos que permiten conversaciones entre los participantes.
Para prevenir el cyber acoso es bien importante establecer una comunicación constante con los hijos, informarles de la posibilidad de ser contactados por extraños y sobre todo prevenirlos para que no den información personal.
Para prevenir el cyber acoso es bien importante establecer una comunicación constante con los hijos, informarles de la posibilidad de ser contactados por extraños y sobre todo prevenirlos para que no den información personal ni llenar formularios que les envíen desconocidos. Hay que concientizarlos de no compartir fotografías íntimas en la red. También recomendarles que cuando jueguen cuiden que sus avatares o sus sobrenombres (nick names) no revelen ni su sexo, ni su edad, ni mucho menos su ubicación.
Si la vía de acceso de los menores a internet es a través de una computadora, es recomendable que esta se localice en un espacio común de la casa y no en lugares privados, como en las recámaras de los niños.
Si la vía de acceso de los menores a internet es a través de una computadora, es recomendable que esta se localice en un espacio común de la casa y no en lugares privados, como en las recámaras de los niños. Lamentablemente, esto no es suficiente, ya que cada vez es más frecuente el acceso a través de aparatos móviles y esto dificulta el control de los padres. También es importante tener un antivirus eficiente en los aparatos de conexión para evitar virus o malware que permitan el cyberespionaje, y controlar la cámara web para evitar que los menores sean espiados.
Para evitar que los niños y los menores sean víctimas de cyberbulling y/o grooming es importante vigilar la lista de contactos cibernéticos de los niños y sobre todo mantener abierto el canal de comunicación con ellos. Las consecuencias que pueden sufrir los niños y adolescentes pueden ser catastróficas para su desarrollo emocional.
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