La seguridad en México y en cada uno de los Estados del país es un asunto que debe ser prioritario para cualquier gobierno, es un asunto de acciones permanentes. Siendo un tema tan importante, se agrava aún más cuando en lugar de establecer planes, acciones, estrategias, los responsables de proveerla ponen por encima de la seguridad la política y, peor aún, intentan legitimarse a través de ella.
Observando a la distancia los tiempos del Gobierno de Felipe Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna y su tan famosa Guerra contra el Narco, y luego de conocer las historias de contubernio con los líderes de los Cárteles de la droga, no queda más que sentirnos decepcionados por haber aceptado esa lucha que suponíamos era por el bien de los ciudadanos y que al final, solo se trató de un acuerdo plagado de corrupción.
Esperar que Calderón desconocía los acuerdos de su secretario de seguridad es de una ingenuidad insultante, pero más allá de ello lo que más preocupa es que el tema de la seguridad se use solo con un afán de legitimarse en el poder, el simple ego de un gobernante, más allá de lo que un país como el nuestro y sus familias necesitan.
Obvia decir que pasar de la Guerra contra el narco a Abrazos no balazos de ninguna manera solucionan la grave problemática de la inseguridad. Estrategias, coordinación entre la Federación, el Estado y los municipios, acciones conjuntas y, sobre todo la aplicación de la ley pueden ser la respuesta para obtener mejores resultados.
Todo esto siempre será mejor que politizar la seguridad.