El grupo terrorista Al Qaeda ordenó el asesinato del príncipe Harry por la confesión que este hizo en su libro ‘En la sombra’ del asesinato de 25 personas en Afganistán durante su servicio entre 2012 y 2013.
En su revista One Unmah número 8, el grupo islámico incitó a sus seguidores a “vengarse” del príncipe Harry, a quien nombraron ‘Al Zanim’, e incluso llamaron a la Corona británica a reducirle la seguridad para “dar paso a las manos islámicas para que sean ellas las que se tomen su justa retribución”.
Al Qaeda calificó las memorias del príncipe Harry como un “reflejo de la realidad de la decadencia” de la “miserable vida británica degenerada”.
El grupo reclamó que los afganos asesinados por Harry deberían recibir una compensación por medio de la ONU y los Convenios de Ginebra.