El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrío este viernes las relaciones con Cuba, al frenar otro acuerdo clave del legado de Barack Obama, y al endurecer la política exterior hacia la isla caribeña.
El presidente estadounidense impuso limitaciones más duras para los estadounidenses que viajan a Cuba y restricciones para las empresas que hacen negocios con las fuerzas armadas en Cuba.
Además reiterará la oposición de Estados Unidos a los esfuerzos de las Naciones Unidas para levantar el embargo a Cuba hasta que se haga más para que la isla cumpla con los derechos humanos.
Sin embargo, este viernes la relación con Cuba dio un giro y Trump también pedirá al secretario de Estado, Rex Tillerson, convocar a un grupo para trabajar sobre la expansión del acceso a internet en la isla, aunque la Embajada estadounidense permanecerá en la isla. El mandatario argumentó que la flexibilización de viajes y comercio con la isla no benefició a la población cubana y solo ayudó al régimen de los Castro.
Este es el más reciente intento de Trump para socavar el legado de su predecesor. Más temprano, su gobierno cancelo el programa impulsado por Obama que buscaba frenar la deportación de indocumentados que son padres de niños considerados como residentes legales.