El día de ayer, el Presidente Barack Obama anunció desde la Casa Blanca algunas de las nuevas mediadas que estarían representando un paso más para fortificar y robustecer el control en la distribución de armas dentro de los Estados Unidos, todo esto en medio de un discurso donde se pudo ver el llanto del mandatario, acompañado por una fuerte crítica los grupos lobistas, calificándolos de mentirosos. A grandes rasgos, las nuevas disposiciones buscan tener un registro más detallado de los distribuidores de armas e investigar el comportamiento de los compradores y vendedores para así evitar masacres como las que, de un tiempo para acá, han caracterizado el diario vivir de nuestro vecino del norte.
Una cosa ha de ser muy clara: en Estados Unidos, cualquier pronunciamiento que esté relacionado a este tema es de tratarse con pinzas, pues no debemos de pasar por alto la ampliamente discutida segunda enmienda (que en español se lee “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido”) y que pareciera estar tatuada en el corazón de algunos grupúsculos republicanos y de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), quienes se han encargado de simplificar el debate y repudian todo argumento que implique endurecer la regulación, alegando que al intentar hacerlo se violenta el derecho constitucionalmente otorgado.
De acuerdo al FBI (2011), en Estados Unidos fallecieron más de ocho mil personas a consecuencia del uso de armas de fuego.
Algunos datos: de acuerdo al FBI (2011), en Estados Unidos fallecieron más de ocho mil personas a consecuencia del uso de armas de fuego. En segundo lugar del ránking se encuentra el uso de cuchillos (casi dos mil muertes), y en tercer sitio a través de las categorizadas “armas personales” (básicamente a golpes) con casi 500 víctimas. En un comparativo a nivel mundial, según el diario New York Times (2012), Estados Unidos presenta un índice de 88.8 armas per cápita, lo que equivaldría a un total aproximado de aproximadamente 28 mil 160 millones.
Obama ha llamado al pueblo a castigar a través del voto a quienes “se han interpuesto en el camino de una regulación de las armas”.
Sin embargo, pareciera ser que Obama ha tenido un mal timing político para extender su propuesta, pues a menos de un año de dejar uno de los cargos más importantes a nivel mundial, y con una mayoría congresista del lado de los elefantes rojos, es muy complicado que la disposición pueda trascender de la manera en que se pretende, y es que al llegado de una administración republicana es muy probable que la agenda sea modificada y que la regulación sea desechada al instante. No obstante, y como parte de su discurso, Obama ha llamado al pueblo a castigar a través del voto a quienes “se han interpuesto en el camino de una regulación de las armas”, dando luz definitiva a que el paso dado el día de hoy no solamente ataca únicamente un punto y toma tendencia previo al proceso electoral de noviembre de este año.
No cabe duda que, aunque las razones por las que se ha propuesto extender la regulación del control de armas son meramente domésticas, el impacto trasciende al ámbito internacional y contrasta con la política estadounidense de intentar apagar el fuego con más fuego, donde usualmente hace gala de su fortaleza militar y demuestra que quien tiene el arma más grande, es el que triunfa. ¿Será que los ciudadanos de este país tratan de emular las prácticas de su gobierno hasta en lo individual?
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