En estos días he escuchado mucho sobre la “nueva normalidad” y me he puesto a pensar cómo debería ser y cuál es la realidad en la que merecemos vivir. Pensando en lo ideal, las siguientes palabras llegaron a mi mente…..
La nueva normalidad, esa en la que las mujeres no corran peligro en su propia casa y que al tener un problema y llamar buscando auxilio, sean atendidas por autoridades preparadas, eficientes y empáticas, porque el aumento del 60% en llamadas por violencia en esta cuarentena, existe y no es falso. Incluso una normalidad, en la que poco a poco, el sentir peligro tanto en casa como en la calles se vuelva algo desconocido, que los más de 4 mil asesinatos entre abril y mayo no vuelvan a ocurrir.
Necesitamos vivir en la nueva normalidad, esa que respete el medio ambiente y las áreas protegidas, aquella que no ceda las tierras al mejor postor. Esta, donde los procesos de producción tengan en cuenta el cuidado del planeta, antes que el beneficio propio. Esa realidad, en la que el gobierno se preocupe por las energías renovables y no le apueste a proyectos viejos y fallidos.
Se debe buscar una normalidad, donde todos tengamos los mismos derechos y el Estado nos brinde servicios eficientes. En la que todos los niños, donde sea que vivan, tengan acceso a una educación de calidad y a una infraestructura educativa digna, que realmente les brinde las herramientas para lograr esa movilidad social tan anhelada, que aun parece ser solo una utopía.
Una realidad en la que las personas puedan ser libres, como sea que elijan serlo, sin miedo a ser juzgados y reprimidos por el mismo sistema heteronormado y patriarcal. Aquella, en la que mujer pueda decidir sobre su cuerpo y el Estado no se crea dueño de este.
Se necesita una nueva normalidad, si, cambiando de forma y de fondo, sin divisiones y estigmas, como bien dicen muchos: todos remando para el mismo lado. Esta normalidad, que reconozca a todos como personas que tienen el derecho a desarrollarse de manera plena, sin importar su raza, religión, preferencia sexual y lengua.
Aquella en la que el gobierno no dividida a la población, ni destruya instituciones. Una, en la que el poder no sea centralizado en un solo individuo, sino que sea usado para fortalecer los organismos gubernamentales existentes. Esta que tiene como fin, brindar un verdadero bienestar para la ciudadania, más allá de caprichos y desplantes. Esa debería de ser la Nueva Normalidad, la que realmente se necesita.