En horas de la mañana él país reportó 352,991 nuevos casos de coronavirus, rompiendo el récord mundial que se había establecido el día anterior, y 2.812 muertos, su cifra diaria más alta. En total, el país ha informado de 17.313.163 contagios y 195.123 muertos. El aumento en los casos ha obligado a varios hospitales de la capital y varias ciudades a rechazar nuevos pacientes, a falta de camas y oxígeno disponibles. En adición a lo anterior, el número de ambulancias equipadas con oxígeno no es suficiente para transportar a diario a todos los pacientes a los hospitales.
Los líderes mundiales se refieren a la situación de India como una catástrofe humanitaria. El domingo, cuatro pacientes en el Hospital Kathuria y otros cuatro en el Hospital Virat, ambos al suroeste de Nueva Delhi, murieron cuando las instalaciones se quedaron sin oxígeno. En la capital de India, más de una cuarta parte de las personas que se sometieron a la prueba del virus el domingo dieron positivo.
Los efectos de este devastador pico quedan en evidencia en el número de cadáveres amontonados fuera de las morgues de algunas ciudades, pues en los hospitales se han quedado sin espacio para los cuerpos. En algunas calles de Nueva Delhi se están haciendo cremaciones masivas; en ciudades se están quedando sin maderas para quemar los cuerpos. Y todo esto tan sólo tres meses después de que en enero se celebrara una cifra diaria por debajo de los 15.000 casos y llegasen los festivales hindúes masivos sin ninguna restricción, como el de Kumbh Mela en la ciudad de Haridwar, al que acudieron 25 millones de personas.
La ayuda internacional es necesaria. China, Estados Unidos y Reino Unido se han pronunciado estos días ofreciendo suministros para ayudar en los hospitales. El presidente Joe Biden dijo ayer que Estados Unidos estaba “decidido a ayudar a India en su momento de necesidad”, poniendo a disposición de inmediato material de producción de vacunas, pruebas, ventiladores y equipo de protección.
Con información de BBC y Deutsche Welle