¿Cómo identificar una dieta destinada al fracaso?

Comparte este artículo:

Existen muchísimas dietas en las redes sociales, internet o que platican entre sus amistades en las que muchos nos sometemos con el fin de llegar a un ¨peso deseado¨ de una manera rápida. Me pareció muy importante explicarles cuales son los efectos de algunas de estas dietas para que tengan más información antes de someterse a estos regímenes alimenticios.

En términos simples, existen algunas características que debes de tener en cuenta cuando te sometes a un régimen alimenticio de moda, en el cual el efecto rebote es seguro. El efecto rebote se define como el aumento del peso que se bajó durante el régimen alimenticio más 30% de peso extra en la mitad del tiempo que duro este régimen. (Ej. Bajo 6 kg en 2 semanas= 6+ 30%= aumento de 7.8 kg en 1 semana). Algunas características de las dietas son:

  • Resultados dramáticos
  • Son a corto plazo (1-3 meses)
  • Invitan consumo de productos especiales (suplementación específica de vitaminas, minerales, proteínas, etc.)
  • Consumo excesivo de ¨superfoods¨ (kale, aguacate, açai, etc.)
  • No son saludables

Les voy a tratar de explicar algunos de los efectos de estas dietas, que me ha tocado escuchar muchísimo:

Dietas Détox

El término détox refiere a una dieta de entre 3 a 10 días que consiste en el consumo de jugos hechos con vegetales y frutas. Su objetivo, según los medios, es la facilitación de eliminación de toxinas y la pedida de peso. La realidad es que, los jugos aumentan el consumo de azúcar simple en la dieta y eliminan la fibra de la fruta, creando un aumento en el índice glicémico y como no se mastican, el cuerpo utiliza menos energía para degradar estos nutrientes.

No se ha demostrado que algún alimento en específico pueda desintoxicar el organismo. Nuestro cuerpo ya tiene órganos que se encargan de esto y son: el hígado, los riñones, el tracto gastrointestinal, los pulmones y la piel. Ellos se encargan de la extracción de sustancias ¨toxicas¨ guiadas principalmente por acciones enzimáticas.  Según Michel Gregor M.D. FACLM (2012)  lo mejor que podemos hacer es potencializar las enzimas propias del hígado que se encargan de desintoxicar, por ejemplo uno de los inductores más potentes es un fitonutriente llamado sulforafano, encontrado con mayor concentración en el brócoli.

Lo que se sugiere es consumir alimentos que ayuden a los órganos que se encargan de desintoxicar a que tengan un funcionamiento óptimo consumiendo una dieta balanceada que contenga antioxidantes, polifenoles, fitonutrientes, fibra, grasas monoinsaturadas  y proteínas y evitar el consumo de alcohol, cigarro y drogas.

Dietas Hipocalóricas 

Son las dietas que constan de una muy reducida cantidad de calorías (dietas de menos de 1200- 800 kcal). Nuestro control de ingesta de alimentos y saciedad están guiados por los genes ahorradores, los cuales buscan evitar la pérdida de peso a toda costa ya que en los tiempos de nuestros antepasados, ellos sufrían periodos de escasez de alimentos. Antes, estos genes ayudaban a la supervivencia porque había acceso limitado a los alimentos ya que tenían que salir a buscarlos, este problema ya no se presenta en los países desarrollados (o se presenta poco en la actualidad).  Es por esto que cuando pones en estrés de restricción de alimentos a tu cuerpo, este se resiste y ocasiona los siguientes efectos:

  • Se pierde el glucógeno muscular (glucosa que se guarda en musculo) y líquido (por cada molécula de glucógeno muscular se pierden 4 moléculas de líquido).
  • Se comienzan a romper las fibras musculares a aminoácidos para utilizarlos como energía en gluconeogénesis de Novo.
  • La grasa se protege porque se convierte en cetonas y son las únicas que puede utilizar el cerebro cuando falta glucosa igual por el mecanismo de gluconeogénesis de Novo en el hígado.
  • La masa muscular aumenta el gasto energético, entonces baja la masa muscular y baja la tasa metabólica (el número de kcal que requerimos para sobrevivir).

El resultado de estas dietas lleva a una disminución de tasa metabólica por perdida de musculo. Es decir, tu cuerpo necesita menos calorías que antes para mantenerse funcionando; el cuerpo se queda en “modo ahorrador” ya que se queda al pendiente en caso de otra época de “escasez”. Aumenta el porcentaje de grasa, hay un grado de deshidratación y más antojo por los mecanismos hipotalámicos del apetito.  Es muy importante que recuerden que estas dietas NO son sostenibles y no te van a ayudar a cambiar tu alimentación, ni tu peso de manera permanente.

En conclusión, les recomiendo hacer cambios pequeños en su estilo de vida y su alimentación para tener resultados sostenibles a largo plazo como, introducir vegetales a la dieta, hacer ejercicio, mantenerte activo por ejemplo al usar las escaleras en lugar del elevador, caminar a la tiendita, trabajo, escuela etc. Y lo más importante es verificar que todo lo que hagas o leas tenga fundamentación científica y que esté respaldada por personas u organizaciones CERTIFICADOS en el tema para evitar hacerle daño a tu cuerpo y poder alcanzar tus metas de manera saludable. Al igual que recordar que todos tenemos un metabolismo diferente y la alimentación siempre debe de ser PERSONALIZADA.

Guerra contra el Alcohol y sus Lecciones

Comparte este artículo:

“Daña las células del cuerpo, especialmente las del cerebro,” “causa pobreza y criminalidad,” “frena el progreso,” “disminuye la esperanza de vida un 11%,” “causa inmoralidad,” “reduce la eficiencia de los trabajadores.” [1] No, no estamos hablando de las drogas. Todas estas consignas fueron utilizadas a principios del siglo XX durante la campaña contra el alcohol en Estados Unidos, y que logró su cometido en enero de 1920 con la Ley Volstead. Esta ley declaraba el consumo de cualquier bebida con más de .05% de alcohol ilegal.

La Profesora Lisa McGirr, narra en su recuento [2] como en contra de toda expectativa, la Prohibición no logró frenar el consumo del alcohol en ningun momento. El precio del alcohol subió en el mercado, enriqueciendo a las organizaciones criminales que decidían sumarse al negocio, mientras que la gente más pobre optaba por fabricar una versión casera o moonshine. Las mafias se volvieron tan poderosas que llegaron a entablar relación con miembros de la policía y el gobierno. Aunque el consumo era generalizado, los arrestos solo afectaron a las clases vulnerables, y no a la gente blanca de clase media y alta. La violencia en las calles aumentó por conflictos territoriales entre mafias y se romantizaron las figuras de sus jefes, como Al Capone. ¿Suena familiar?

No es extraño notar el paralelismo que existe entre la guerra contra el alcohol y la guerra contra las drogas. México ha experimentado los mismos problemas; el negocio de las drogas ha beneficiado a decenas de cárteles y la corrupción nos define culturalmente a nivel mundial. Los enfrentamientos entre cárteles enemigos, sumados a los que se dan contra la policía y el ejército, han normalizado una atmósfera de violencia en las calles. La sociedad también ha romantizado figuras como la del Señor de los Cielos y El Chapo a través de música y series de televisión. La diferencia entre ambas guerras es que ya hemos aceptado que la del alcohol fue un fracaso.

¡Sorpresa! En 2014, la droga ilícita más consumida no ocasionó ninguna muerte en EU – la marihuana [6]; un estudio reciente reveló que el uso excesivo de esta droga solo afecta la memoria de corto plazo [7].

Actualmente el consumo regulado de alcohol es algo que se ve normal. Pero, ¿Por qué no es lo mismo con las drogas? La lógica nos diría que debe ser porque son más peligrosas que el alcohol, pero la realidad es que la bebida sigue siendo una importante causa de mortalidad. En EU se estima que cada año 88,000 muertes están relacionadas con su consumo [3]. En México a diario se encuentran notas sobre accidentes de auto ocasionados por conductores intoxicados, y no es raro conocer gente que padece de alcoholismo. A pesar de esto, resulta impensable su prohibición, y se opta por fomentar un consumo responsable.

Aún más letal que el alcohol, es el consumo de tabaco; otro vicio legal que cobra 480,000 vidas al año en EU [4] y 130 al día en México [5]. ¡Sorpresa! En 2014, la droga ilícita más consumida no ocasionó ninguna muerte en EU – la marihuana [6]; un estudio reciente reveló que el uso excesivo de esta droga solo afecta la memoria de corto plazo [7]. Ese mismo año 17,465 decesos fueron ligados al consumo de cocaína y heroína [8], números que siguen siendo inferiores a las muertes ocasionadas por el alcohol, el tabaco y la violencia derivada de la misma guerra contra las drogas.

México ha experimentado los mismos problemas; el negocio de las drogas ha beneficiado a decenas de cárteles y la corrupción nos define culturalmente a nivel mundial.

Vendría siendo hora de cambiar la estrategia y optar por hacer de éste un tema de salud pública y no de seguridad. Rubén Aguilar V. y Jorge G. Castañeda argumentan que “una legalización de facto permitiría suprimir parte de la criminalidad vinculada al narco; cobrar impuestos; reducir las impurezas y el carácter tóxico al máximo; además de facilitar el tratamiento a quienes sean adictos, para desintoxicarse si así lo desean” [9].

Cada vez más personas apoyan la legalización de -por lo menos- la marihuana, por ejemplo José Mujica y Bernie Sanders. Otros, como Felipe Calderón, sostienen que esta no sería la solución para eliminar la violencia, ya que el principal problema es la existencia del crimen organizado en sí [10]. Y es cierto, en especial considerando que tienen otras fuentes de ingreso, y éstas van desde secuestros, extorsiones y piratería, hasta la venta ilegal de crudo y hierro. Esto quiere decir que aunque el tráfico de drogas deje de ser rentable, la desaparición de las organizaciones criminales no está garantizada.

Habría que mirar más a fondo entonces, ¿Cuáles son las problemáticas sociales que empujan a la gente a la criminalidad y la violencia? La falta de oportunidad en educación y trabajo, la marginalidad en la que viven tantas comunidades, el racismo evidente que sufre la población indígena, entre muchas otras… Está claro que para resolver el problema se deben atender varias cuestiones, de las cuales revalorar la ilegalidad de las drogas es solo una. Pero la experiencia dicta que estas cuestiones tienen menos que ver con armas y más que ver con una sociedad igualitaria.

[1] “Anti-Saloon League Collection,” Westerville Public Library, http://www.westervillelibrary.org/antisaloon.

[2] Lisa McGirr, The War on Alcohol: Prohibition and the Rise of the American State, (W.W. Norton & Company, 2016).

[3] “Facts about alcohol,” National Council on Alcoholism and Drug Dependence, julio 25, 2015, https://www.ncadd.org/about-addiction/alcohol/facts-about-alcohol.

[4] “Tobacco related mortality,” Center for Disease Control and Prevention, agosto 18,2015, http://www.cdc.gov/tobacco/data_statistics/fact_sheets/health_effects/tobacco_related
_mortality/.

[5] “En México mueren 130 personas a diario por consumo de tabaco,” El Financiero, mayo 30, 2015, http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/en-mexico-mueren-130-personas-a-diario-por-consumo-de-tabaco.html.

[6] Kim Bellware, “Here’s How Many People Fatally Overdosed on Marijuana Last Year,” The Huffington Post, diciembre 28, 2015, http://www.huffingtonpost.com/entry/marijuana-deaths-2014_us_56816417e4b06fa68880a217.

[7] Christopher Ingraham, “What happens when you get stoned every single day for five years,” The Washington Post, febrero 1, 2016, https://www.washingtonpost.com/news/wonk/wp/2016/02/01/what-happens-when-you-get-stoned-every-single-day-for-five-years/.

[8] Bellware, “Here’s How Many People Fatally Overdosed on Marijuana Last Year.”

[9] Rubén Aguilar V. & Jorge G. Castañeda, El Narco: La Guerra Fallida, (Punto de Lectura, 2009), p. 118.

[10] Montserrat Mauleón, “Legalización de mariguana no acabará con la violencia: Calderón,” Milenio, marzo 07, 2014, http://www.milenio.com/politica/legalizacion_de_la_mariguana-Felipe_Calderon-Tec_de_Monterrey_campus_Guadalajara_0_257974748.html.

______________________________
– “Todos los puntos de vista son a título personal y no representan la opinión de Altavoz México o sus miembros.”