La Taquería

Los chapulines y su Congreso

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Se acerca la época electoral y empiezan a darse los saltos de los chapulines legislativos. La mayoría de los diputados locales ya saltaron o están a punto de buscar su nuevo puesto. Algunos, sin resultados tangibles, buscan una reelección. Otros tantos buscan alcaldías alineadas a los intereses de los partidos que representan. Otros más, de plano, se cambian de partido. Todos con el mismo objetivo: obtener un hueso a costa de nuestros impuestos.

Buenos para seguir en el “servicio” público, pero malos para servirle al público. Las principales problemáticas de la ciudad y de nuestro estado siguen sin resolverse. Nos dejan una ley de movilidad incompleta que no propone infraestructura ni planes integrales para que el peatón sea la prioridad en una zona metropolitana, la cual está cada vez más congestionada y sin alternativas de movilidad.

Vivimos con una creciente inseguridad de la cual el poder legislativo se ha desentendido. Los homicidios dolosos, los feminicidios y la violencia familiar siguen en aumento. No hay seguimiento a una carrera profesional de los policías, ni una mejora operativa de los y las agentes de seguridad municipales como primeros respondientes. Y ni hablemos de la asignación presupuestal a estrategias integrales de prevención, que esto aún no es prioridad de nuestros representantes.

Tampoco hay resolución en la implementación del Sistema Estatal Anticorrupción, proceso que se ha convertido en un circo de señalamientos. Todos fuimos testigos de las acusaciones entre un Congreso parsimonioso y funcionarios que no asumen el nivel ni la responsabilidad de su encargo. Mientras, seguimos con auditorías a medias tintas, licitaciones opacas y una falta clara de transparencia y rendición de cuentas a nivel estatal y municipal. 

A todo esto hay que sumar la falta de respuestas a la creciente contaminación de nuestra ciudad. No sólo se le dio rienda suelta a las industrias y empresas contaminantes, sino que no hay presión por parte de nuestros representantes para contar con un órgano que sancione e impulse políticas de aire limpio y reducción de contaminantes. 

Estos serios problemas, y tantos más, llevan años sin respuestas profundas por parte del Congreso local. Sumémosle una justicia cívica que aún no opera, un sistema tributario que no atiende la informalidad y la falta de inclusión, una falta de paridad en la elección de funcionarios, jueces y magistrados, y una política basada en los intereses de los partidos. 

Muchos exdiputados y exdiputadas saldrán a pedir de nuevo el voto. Repitiendo las mismas actitudes de aparecerse cada elección y dejar a las vecinas y vecinos en el olvido otros tres años. Saldrán a decir que cuentan con la experiencia, dejando de lado su falta de resultados. Saldrán a presumir que han buscado atender problemáticas, cuando su “respuesta” es otro parche más al mismo sistema quebrado de representación. Este sistema donde una de las principales responsabilidades, la administración y auditoría de nuestros recursos, lleva décadas siendo ignorada. 

Hemos visto de primera mano que las vecinas y vecinos de nuestra ciudad no conocen a sus diputados y diputadas. La respuesta es sencilla, se deben a los partidos. ¿A quien le rinden cuentas? ¿Por quién votan? ¿A nombre de quién discuten? Todo es para y por los partidos, realidad evidente ante su falta de soluciones. 

Es momento de un Congreso que sí represente a las vecinas y vecinos de nuestra entidad. Un Congreso que entregue resultados tangibles, que nuestro presupuesto se enfoque en resolver los problemas de nuestras comunidades. Un congreso con diputados que se deban a las colonias y a su gente, no a los mismos partidos de siempre. 

Kristian Macías es profesor universitario y especialista en seguridad, justicia y políticas públicas. 

Página: www.kristianmacias.com

Podcast: https://open.spotify.com/show/5nqhB8OTYOj5fwe9RKxNBl?si=VOEzSUaSS8GWjUXX3vVSpQ