En los recientes días, el Presidente ha estado en el ojo del huracán (nada nuevo) por empezar una serie de discusiones vacías y sin sustancia que le han generado más críticas, incluso de sectores de votantes suyos. Me refiero a la cancelación del foro de CONAPRED donde se invitó a Chumel Torres y a la posterior insinuación de la desaparición de CONAPRED.
La primera discusión la empezó, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller quien en una crítica a Chumel por lo que ha dicho este sobre su hijo, ironizó sobre la participación del influencer en el susodicho foro.
Esto levantó la polémica en Twitter y medios, haciendo que CONAPRED se echara para atrás y no realizara dicho foro. Sin embargo, dicho foro se realizó días después bajo otras condiciones, pero con los mismos invitados.
La polémica no terminó ahí y el Presidente con su ya característica de responder preguntas de más, equiparó la invitación a Chumel como si se invitase a un torturador a una charla sobre tortura… Eso, aparte de innecesario, le dio una importancia nacional a un tema que no lo ameritaba.
Chumel, puede ser gracioso o no, clasista, racista y un sinfín de adjetivos que cada quien podrá juzgar, pero el Presidente no tenía que dedicarle espacio en su Conferencia. Por el simple motivo de que la oposición de plástico que se tiene empieza a tomar como banderas estas polémicas bobas para demeritar el trabajo del Presidente, intentar dividir a los votantes de AMLO y ridiculizar su gestión.
No bastó el sainete, para entrar a otro, en conferencia mañanera el Presidente insinuó con la desaparición de CONAPRED, que luego matizó, diciendo que “siempre no”. La existencia de organismos autónomos está discutida desde hace muchos años, pero en general (y entre otras funciones), llevan a cabo funciones esenciales del Estado moderno y tienen autonomía de gestión. En el caso de los organismos autónomos presentes en la Constitución (como el INEGI o Banco de México), pues tienen incluso más funciones, incluso como equilibrio de poderes. En este caso, CONAPRED está sectorizado dentro de la Secretaría de Gobernación.
El Presidente acusó de que “se hicieron muchos organismos para simular” generando una polémica mayor. Sin embargo, al ratificar la existencia de CONAPRED afirmó que él quisiera que una mujer indígena llevara las riendas de este Consejo.
Lo cierto, es que al día de hoy, la titular Mónica Maccise, presentó su renuncia, y el Presidente, sumó otra batalla innecesaria y sin sentido que no suma sino resta.
Estas batallas alejan a la 4T de su convicción de cambio, de impulsar un México menos desigual y con más derechos sociales, que ha sido la plataforma oficial. Distraen la atención pública hacia detalles fútiles y abonan a la erosión de la imagen presidencial (que se mantiene alta aún).
Ni AMLO ni la 4T necesitan estos enemigos, porque no lo son ni siquiera son pares en fuerza. El Presidente tiene que “serenarse” como dice él y no contestar a todo, evitar enfrascarse en politiquería y abocarse al abatimiento de la pandemia -que aún vivimos-. Si bien, la oposición es débil para sacar rédito político de esto, si desgasta al Gobierno de cara a cumplir sus misiones y objetivos trazados.
Lo dicho, dicho está.