Para todos es común que el inicio de un nuevo año se preste como el momento perfecto para plantear nuestros objetivos y metas. Y para nadie es extraño que la mayoría se queden en eso: en simples y buenos propósitos que se abandonan en el transcurso de los siguientes meses, incluso sin haberlo intentado.
Ante esto, ¿te has preguntado por qué te planteas tales deseos? Claro está. Sin duda obedecen a una necesidad que te mueve desde el interior en busca de cambiar algo en tí o en tu entorno. Y en este último punto haremos un alto.
En México, de acuerdo con el reporte “¿Cómo va la vida? 2015” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el voluntariado contribuye de manera importante al bienestar social, aunque no se incluyen en las estadísticas económicas convencionales.
Al sumar el valor del tiempo que las personas dedican al voluntariado en los países de la OCDE, éste suma alrededor de 2% del PIB al año. En México, dos principales sectores de actividades voluntarias son los servicios sociales y los de salud.
Y es que, ¿qué tan importante son los asuntos públicos o comunitarios en nuestra vida? Sí, desde luego que es un cuestionamiento común, e incluso trillado, que desde la función pública suele refutarse cuando la ciudadanía reclama sin haber de por medio alguna contribución para mejorar eso que tanto cuestionamos.
¿De qué forma nos involucramos como parte de una solución?
De acuerdo con la Encuesta de Cultura Ciudadana del Área Metropolitana de Monterrey 2015, a 71% de los regiomontanos les interesa los asuntos públicos, 20 puntos porcentuales más que en 2012. Pero, ¿esto qué implica? En consecuencia nos obliga a preguntar, ¿de qué forma nos involucramos como parte de una solución?
Hemos transitado los primeros días de este 2016 y sería apropiado asumir dentro de todas nuestras reflexiones iniciales el papel que tenemos dentro de esta sociedad, como ese eslabón que hace que esto funcione.
Hemos transitado los primeros días de este 2016 y sería apropiado asumir dentro de todas nuestras reflexiones iniciales el papel que tenemos dentro de esta sociedad, como ese eslabón que hace que esto funcione, que además nos obligue a levantarnos de nuestra butaca de espectadores para ser actores activos en la conformación de una mejor sociedad.
En los últimos meses de 2015, se presentó, por ejemplo, un esfuerzo de la Fundación Comunidar y Consejo Cívico: Sociedad Actúa. La iniciativa fue traducida en un sitio web que mapea y ayuda a vincular los esfuerzos de los ciudadanos e inversionistas que mediante proyectos que mejoran la ciudad, enfocándose en algunos sectores específicos de la sociedad, y hacen la diferencia.
Son 43 los proyectos y causas que al momento están activas, mismas en las que nos podemos involucrar no sólo haciendo aportaciones monetarias, sino también brindando tiempo. Esta sería una forma, incluso para pasar de la crítica a la acción constructiva. El propósito suena simple, pero ir del cuestionamiento a la acción conlleva como reto la constancia.
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